_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La seguridad, buena práctica del Fórum de las Culturas

Hace casi una década, la región brasileña de Amapá, flanqueada por el Atlántico, el Amazonas, la Guyana francesa y el Surinam, reputada por la dureza y antipatía de su policía, lanzó una campaña para acercar las fuerzas del orden a la ciudadanía.

Policías de uniforme se lanzaron a la calle, con claveles en la mano en vez de fusiles de asalto, y se dirigieron a los ciudadanos con el manual de derechos humanos que habían estudiado en un curso modélico que atrajo la atención del programa de buenas prácticas de las Naciones Unidas y que continúa siendo un modelo.

Los visitantes del Fórum Barcelona 2004 que tuvieron la ocasión de detenerse ante la exposición Practopía de la jaima habrán reconocido esta buena práctica, pero quizá no les habrá resultado tan sorprendente como un hecho insólito pero muy cotidiano para los que pisamos el recinto durante 141 días: la patrullas conjuntas de el Cuerpo Nacional de Policía y los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica. Más que simbólica, simpática o disuasoria, la patrulla conjunta del mosso y el policía, a bordo de su cochecito eléctrico, ha supuesto el inicio de una crucial colaboración que, dentro de poco más de un año, desembocará en un nuevo modelo policial para Barcelona, mucho más próximo al ciudadano.

La patrulla conjunta del 'mosso' y el policía ha supuesto el inicio de una crucial colaboración

Sin duda una buena práctica local sin precedentes que, gracias a la compleja operación de seguridad del Fórum, el compañerismo entre los agentes y la profesionalidad de los mandos, ha permitido contrastar la fiabilidad de la cooperación entre los diferentes cuerpos de seguridad antes incluso de su puesta en marcha oficial.

Dentro de muy pocos días, 700 mossos empezarán a trabajar con la policía y la Guardia Urbana atendiendo denuncias del 091 y realizando patrullas preventivas por la calle. Este modelo de coordinación se ha ensayado con éxito y sin sobresaltos en el Fórum, que, después de acoger casi 3,5 millones de visitas a lo largo de los cinco meses, se ha cerrado con menos de 300 incidencias de carácter menor, la mayoría de ellas denuncias por pérdida de documentación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sólo la eficacia y la ejemplar coordinación de las fuerzas policiales explican que la seguridad no haya ocupado ni un solo titular en los medios de comunicación durante 141 días, a pesar de las incesante visitas de centenares de personalidades de los cinco continentes. Es más, la policía demostró en más de una ocasión que ha sabido ponerse al día y lidiar con una diversidad cada vez más cotidiana y cercana. Recuerdo perfectamente la escena de una agente dialogando en un fluido inglés con un líder de la comunidad sij para que no accediese al recinto con su tradicional daga en la cintura.

No news, good news o la ausencia de titulares sobre la seguridad ha sido, sin duda, una de las mejores noticias del Fórum, que a pesar de ser uno de los eventos internacionales de menor presupuesto, no ha escatimado en esfuerzos para garantizar la seguridad de los visitantes, especialmente durante las semanas posteriores a los atentados del 11-M y las campañas terroristas contra intereses turísticos. No olvidemos que Atenas tuvo que invertir en seguridad cinco veces el presupuesto de todo el Fórum y desplegar 45.000 policías, soldados,

bomberos y agentes privados para proteger a la familia olímpica y a los espectadores.

Habrá quien piense que no debe de ser fácil dialogar sobre la paz y la globalización del terror, el respeto y la tolerancia, el desarme y los derechos emergentes en un recinto cerrado y vigilado, pero es obvio que la seguridad de los visitantes, ponentes y artistas; la comodidad del público, y la tranquilidad de un recinto destinado a la reflexión y el encuentro de divergentes estaban por encima de cualquier otra consideración utópica. Y debo agradecer sinceramente a los cuerpos de seguridad que hayan cumplido discretamente con su misión y hayan dejado para los titulares de prensa las amenazas de las medusas en la zona de baños y el desembarco de unos piratas anti-Fórum en la isla artificial que protege la depuradora del oleaje.

Jordi Oliveras ha sido director general del Fórum Universal de las Culturas Barcelona 2004.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_