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SEGURIDAD

Estados Unidos demanda al rey del 'spam' por distribuir programas espía desde sus empresas

La Comisión Federal de Comercio pide al juez que impida sus prácticas y obligue a devolver el dinero sustraído a las víctimas - La medida coincide con la aprobación del proyecto contra el 'spyware'

La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos ha declarado la guerra a los creadores de parásitos o spyware, aquellos programas ocultos que se instalan en el ordenador del usuario mediante engaño, intrusión y sin su consentimiento, y que permiten espiar sus hábitos de navegación, bombardear con publicidad o robar sus datos introducidos en formularios, como la dirección de correo electrónico. Prácticamente, cada ordenador ha tenido, al menos, un parásito instalado.

El organismo regulador estadounidense puso en marcha la semana pasada la primera de una serie de acciones judiciales contra grupos cibernéticos que instalan estos programas intrusivos en los ordenadores de los internautas, para después vender soluciones antiespías a sus mismas víctimas.

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"Los consumidores no se merecen esta plaga ni menos aún ser objeto de espionaje, seguimiento y secuestro del contenido de sus ordenadores. Éste es nuestro primer caso contra el spyware pero no será el último", advierte en un comunicado Lydia Parnes, directora de la oficina de protección al consumidor de la FTC.

La demanda, presentada ante un juzgado de New Hampshire, acusa de fraude a Sanford Wallace -quien a finales de la década de 1990 era conocido como el rey del correo no deseado (spam)- y a sus dos empresas, Seismic Entertainment Productions y Smartbot.net.

Asimismo, pide al juez que cierre "permanentemente" sus actuaciones y que "obligue" a quienes están detrás "a devolver el dinero sustraído a sus víctimas" mediante el espionaje cibernético.

El organismo regulador alega que desde diciembre de 2003 Seismic y Smartbot comercializaron los programas antiespías Spy Wiper y Spy Deleter por 30 dólares cada uno.

Ambas compañías, según la FTC, daban publicidad a sus programas en ventanas publicitarias que, si el internauta clicaba, le redireccionaban hacia unas páginas web controladas por las empresas, aprovechando una vulnerabilidad del navegador Internet Explorer.

La práctica les permitía reconfigurar el equipo e instalar el software sin el consentimiento del usuario y provocaba "el mal funcionamiento o lentitud de los ordenadores y, en ocasiones, también la pérdida de información", dice la FTC.

Wallace sostiene, según Cnet, que es "víctima de la nueva postura política" ante lo que se considera como la nueve peste cibernética.

El acusado considera que no incurre en ninguna ilegalidad, asegura que su compañía nunca ha creado programas espías, que tampoco almacenan información personal de los consumidores que visitan sus webs y que las ventanas emergentes (pop up) y descargas a través de sus páginas pueden ser desactivadas si se actualizan los parches de seguridad de los navegadores.

Spy Act

La demanda coincide con la aprobación por unanimidad en el Congreso del proyecto de ley contra los programas intrusivos.

La Spy Act prohíbe a empresas y personas físicas "tomar el control" de un ordenador para modificar la página de inicio de un navegador o desactivar programas antivirus sin autorización.

La norma también da poder al organismo regulador norteamericano para multar con hasta tres millones de dólares los casos más graves detectados.

El Senado está estudiando la misma sanción. El senador Conrad Burns, uno de los patrocinadores de la ley antispyware, aplaudió la demanda de la FTC. "Cada vez que se actúa contra uno de estos grupos, enviamos una señal a otros que, quízá, se lo pensarán dos veces".

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