Vuelta al cole después de la protesta
Los estudiantes de Llucena inician las clases tras fracasar la huelga para evitar que salgan del pueblo los alumnos de ESO
La vuelta al cole se ha retrasado este año en Llucena. Los niños "tomaron" ayer unas aulas que les esperaban desde hacía 26 días. Los más de un centenar de alumnos de Infantil y Primaria iniciaron el curso escolar después de dar por finalizada la huelga que comenzaron como medida de protesta, y solidaridad, ante el obligado traslado de los menores de Primero y Segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) a la vecina localidad de L'Alcora. Son catorce kilómetros de distancia, que supone restar horas de sueño y variar los horarios habituales para las comidas, además del paso diario por una carretera que a nadie agrada. La veintena de "los mayores" que debían acudir al Instituto Ximen de Urrea de L'Alcora, también ocuparon sus mesas, después del protestado recorrido en autobús.
"No sólo afecta a los niños sino también al pueblo"
La decisión del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana fue decisiva. El tribunal decidió, la semana pasada, rechazar el recurso interpuesto por el Ayuntamiento de Llucena que, en nombre de los padres y madres del alumnado, pidió la suspensión cautelar de la orden de la Consejería de Educación que determinaba que los estudiantes de ESO debían realizar sus estudios en el instituto de L'Alcora. Los miembros de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) tuvieron un acalorado debate. Según algunas fuentes, fue un voto el que decidió que finalmente se abandonaba la huelga. Un sector importante optaba por mantener firme la protesta hasta lograr arrancar de la Administración autonómica el compromiso de impartir ESO en Llucena, tal como la Generalitat ha hecho en otras poblaciones en respuesta a protestas semejantes. Sin embargo, el temor a que los niños perdieran finalmente todo el curso, dada la tajante respuesta del consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, que aseguró no tener intención de negociar nada, fue también determinante.
Soledad, madre de un alumno de primero de ESO, mantenía ayer su empeño en explicar que la "salida" de los alumnos hacia el instituto de L'Alcora "no sólo afecta a los niños sino también al pueblo". "Yo quiero lo mejor para mi hijo, pero también para mi pueblo, porque la gente se irá a otro sitio a vivir y eso es malo para los comercios y para todos", señaló. Loli, madre de una alumna, también de primero, apunta que al menos los niños han sido bien recibidos en el instituto y que en breve tendrán una reunión con sus profesores para planificar la recuperación de los más de veinte días sin acudir a clase.
Andrea, Aitor y Paula, al igual que todos los demás alumnos con edad de cursar Secundaria, acudieron ayer a L'Alcora. Todos coinciden en lo bien que les recibieron tanto los alumnos como los profesores, conscientes de la polémica. De momento, sólo ha habido tiempo para las presentaciones, pero están contentos.
La polémica ha provocado también la crítica de la oposición. El PSPV ha sacado una promesa electoral a relucir. El programa del PP en las pasadas elecciones autonómicas decía: "En los municipios del interior, el sistema educativo actual obliga al desplazamiento de los alumnos a otro municipio para cursar estudios de primer ciclo de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Esta situación supone una discriminación de estos alumnos. El PP de la Comunidad Valenciana desarrollará y ejecutará un modelo de centros educativos que permita que los alumnos de los municipios del interior puedan cursar estudios de primer ciclo de ESO en su propio pueblo, en las mismas condiciones que el resto de alumnos de otros municipios".
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