Bajo la sombra del paro
El crecimiento del PIB francés, empañado por un desempleo del 9,9%
El repunte de la economía francesa, que cerrará el año con un alza del 2,4%, no ha logrado traducirse en una reducción de las abultadas cifras de desempleo. Según los analistas, el freno lo sigue poniendo la ausencia de reformas que flexibilicen la regulación, abran los mercados a la competencia privada y reduzcan el déficit público.
Francia crecerá este año un 2,4% si se cumplen las previsiones gubernamentales y de los organismos internacionales. Ello, tras confirmar un alza en su PIB del 1,5% acumulado durante los primeros seis meses del año y después de un magro 2003, en el que la economía sólo creció el 0,5%.
Durante el pasado mes de agosto se registraron 12.000 nuevos desempleados, hasta alcanzar los 2,45 millones de personas
La economía francesa crecerá este año un 2,4% si se cumplen las previsiones gubernamentales y de los organismos internacionales
Con estos números el país galo volvería a tirar del carro económico de la Unión Europea, aunque sin poder terminar con uno de sus males endémicos: el desempleo. El número de demandantes de empleo aumentó un 0,5% en agosto y acumula un 2,2% en los últimos doce meses. El índice de parados subió este mes una décima, al 9,9% de la población activa.
Las cifras son más preocupantes si se considera que durante agosto se sumaron 12.000 nuevos desempleados, hasta los 2,45 millones de personas, que llegan a 2,7 millones si se incluye a quienes demandan trabajos que impliquen la realización de actividades ocasionales.
Y las perspectivas no mejoran. Según la oficina de estadísticas oficiales de Francia el desempleo cerrará el año apenas una décima inferior a lo registrado en agosto, a pesar de la creación de 40.000 puestos de trabajo en el segundo semestre. Ello se verá también motivado por los recortes de 4.561 plazas en el sector público, que continuarán en 2005 con 7.188 despidos.
Reformas necesarias
Este crecimiento sin reducción del paro se explica fundamentalmente por un alza de la inversión, tanto privada como pública, del 1,6% en el segundo trimestre. Una situación coyuntural que no es suficiente para paliar la falta de reformas estructurales. Desde diferentes organismos, como la OCDE, se pide mayor flexibilización en el mercado del trabajo y en la apertura total de las empresas públicas al capital privado.
La principal crítica que se hace desde la OCDE es el ambiguo papel del Estado en las necesidades económicas del país y en la estrategia para incrementar la productividad. Esta situación lo hace proclive a caer en conflictos de intereses en los diferentes mercados, ya que las principales compañías del país siguen estando en manos oficiales.
El problema es que el Gobierno francés nunca se ha mostrado muy partidario de realizar este tipo de cambios, y menos en estos momentos en que sus principales esfuerzos están dirigidos a poner en marcha una controvertida reforma de las pensiones -que consumen más del 15% del PIB- y del sistema de salud. El PIB francés rondó los 1,65 billones de euros en 2003.
Gasto público
Con todo, el gasto público en Francia sigue siendo alto, cerrando el año con un déficit del 3,6%, con lo que se superará por tercer año consecutivo el límite impuesto por el Pacto de Estabilidad de la UE. De esta manera, la deuda del Estado ya ha alcanzado 65% del PIB. No obstante, el ministro de Economía, Nicolás Sarkozy, prevé que éste sea el último año de incumplimientos, ya que en 2005 prevé cerrar el desequilibrio fiscal en un 2,9% gracias a un presupuesto más restrictivo.
Este presupuesto, que tendrá como principal objetivo reducir el desempleo mediante una serie de deducciones fiscales y sociales por valor de 2.000 millones de euros, será financiado por un aumento del 6,4% de los ingresos, hasta los 242.950 millones de euros, y el mantenimiento del gasto en los 288.450 millones.
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