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Reportaje:

Guerra a las pintadas

Más de un centenar de vecinos pintan los edificios y mobiliario urbano de la barriada Monte Pavero de Málaga

Juana Viúdez

El viaje que hizo Ulises, una vez terminada la guerra de Troya duró diez años. Sorteó todo tipo de dificultades, causadas por seres mortales, criaturas extraordinarias y dioses que buscaban venganza. Así se sintió Mari Carmen Polo, presidenta de la asociación de vecinos La Odisea de Málaga, cuando vio constituida su asociación, en uno de los barrios más desfavorecidos de la ciudad. La misma mujer que hace 20 años se reunía con sus vecinos en un piso "porque no había otro sitio" disfrutaba el viernes viendo cómo los niños de Monte Pavero se peleaban por las brochas que iban a acabar con los graffitis de la zona. "Como no hay sitios donde jugar, ni jardines, ni parques, los niños se entretienen haciendo estas cosas", justificaba, "es importante que colaboren, porque como es su trabajo, no harán pintadas para estropearlo", justificaba Mari Carmen.

Monte Pavero es un barrio al que los taxistas evitan entrar de noche. Sus casi 1.400 habitantes residen en la calle Genoveses, una gran cuesta desde la que se divisa una gasolinera y una encrucijada de asfalto. "La zona es un poco conflictiva porque por la diversidad de culturas", explica Julián González, monitor de deporte del barrio, "pero se puede entrar sin dificultad y son mucho más tolerantes y comprensivos de lo que en principio parece". El plan es que una vez saneados los edificios los jóvenes decoren la zona con unos graffiti más elaborados.

A las cuatro de la tarde del viernes 15, la sede de la asociación era un trasiego de vecinas que vestían camisetas con el lema Pinta tu barrio. Dos barreras amarillas protegían a los técnicos afanados en mezclar la pintura. Del otro lado, una docena de niños nerviosos, reclamaban su derecho a pintar. "Valle [la monitora de manualidades] nos ha dicho que corramos y pintemos", gritaban. "Pues corred y después pintáis", les contestaban con sorna.

Durante viernes y sábado, niños y mayores extendieron 850 litros de pintura blanca, pétrea y verde por los bajos, barandas y zonas comunes de 12 bloques. Las primeras en coger la brocha fueron un grupo de mujeres, entre las que se encontraba la concejala de distrito, Mercedes González. Ayer se sumó al equipo de voluntarios el propio alcalde, Francisco de la Torre

Con su camiseta reglamentaria y pincel en mano, la concejala aconsejaba a sus colegas: "Primero quitamos la parte negra y así es más fácil pasar el rodillo". Las que no se habían puesto manos a la obra, porque decían que no llegaba el material, las jaleaban: "¡Vamos Charito, eres la mejor!".

En la asociación se inscribieron 90 personas y el sábado acudieron 20 voluntarios de la capital.

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En el número siete, los niños hacían sus pinitos con la pintura, y en el nueve, María, residente en uno de los bajos desde hace de 22 años, sugería a un grupo de vecinos inmigrantes que no le mancharan la reja. Entre ellos estaba Kamal, oriundo de Ghana. "Si vives aquí tienes que ayudar a que el barrio esté mejor, aunque tu casa sea el décimo", comentaba risueño.

Con motivo de las jornadas de pintura, la asociación organizó un campeonato de parchís, otro de petanca, y una gran paella fin de fiesta. Hubo travesuras, unos chavales querían cambiar la dirección de la carretera dibujando una flecha, y alguna vecina decidió no pintar. "Yo es que tengo bronquitis y estoy muy mala de mis partes", se disculpaba, con cierta sorna, antes de meterse en casa.

El Ayuntamiento de Málaga repetirá en otras zonas de la ciudad la iniciativa Pinta tu barrio, con la que pretende implicar a los residentes en el cuidado y conservación de las calles y espacios comunes.

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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