General Motors Europa estudia una reducción de 12.000 empleos
La reestructuración se concentrará en las fábricas alemanas de Opel
General Motors Europa ultima un plan de reestructuración que puede suponer la pérdida de 12.000 puestos de trabajo de un total de 62.000 empleos, y cada vez hay más indicios de que los ajustes afectarán a más plantas de las inicialmente previstas. En el punto de mira están sobre todo las fábricas alemanas de Opel, y en especial la de Bochum, donde se construyen los modelos Astra y Zafira.
General Motors Europa -matriz de las marcas Opel, Saab y Vauxhall- posee también plantas en otros siete países, entre ellos España. De los 12.000 puestos de trabajo que se perderán, entre 6.000 y 7.000 podrían corresponder a la producción alemana de Opel. Según el Frankfurter Allgemeine Zeitung, también las demás plantas se verán afectadas por recortes que -más allá de la producción de automóviles propiamente dicha- se extenderán a las otras divisiones de General Motors Europa, como I+D y administración. Un portavoz de Opel en Alemania declinó comentar estas "especulaciones". Por motivos contractuales, la automovilística difícilmente puede clausurar de la noche a la mañana una fábrica. Este proceso puede durar años. En Figueruelas (Zaragoza), General Motors Europe produce Opel Corsa y Meriva.
"Si tomásemos en consideración todos los datos de los que disponemos, deberíamos cerrar la planta de Bochum. ¿Pero esto cómo lo vamos a hacer?", cita el diario alemán de un no identificado directivo de General Motors Europa. Bochum queda en plena cuenca del Ruhr alemán y sus trabajadores tienden a ser muy combativos. Según esa fuente, la fábrica debería ser modernizada a fondo, pero el grupo automovilístico no dispone de los 750 millones de euros que costaría el saneamiento. De las 11 plantas regadas por Europa, Bochum es la que cuenta con mayor número de trabajadores: 7.600 en total, 200 más que los empleados en la fábrica de Figueruelas.
Hasta ahora, las especulaciones en torno al plan de saneamiento sobre todo giraban en torno a la posibilidad de cerrar una de las dos fábricas en las que se producen coches de gama media: la de Rüsselsheim, sede central de Opel, y la de Trollhättan, sede de Opel. Detrás de bambalinas, tanto el Gobierno sueco como el alemán están presionando fuertemente a General Motors Europa para no dar este paso.
El anuncio oficial del plan de reestructuración se prevé para este jueves, cuando la empresa que preside Rick Wagoner dé a conocer sus resultados trimestrales. En Europa, el grupo automovilístico lleva cinco años registrando pérdidas. En el presente ejercicio, éstas podrían ascender hasta los 500 millones de euros, de nuevo según el Frankfurter.
Por otra parte, en el segundo frente de la crisis automovilística en Alemania, ayer prosiguieron las tensas negociaciones de convenio para 103.000 empleados en Alemania occidental entre Volkswagen y el sindicato IG-Metall. Aunque la reunión aún no había finalizado al cierre de esta edición, no se esperaban avances en un conflicto laboral en el que la empresa, entre muchas otras medidas, pretende congelar dos años los salarios, mientras que los trabajadores exigen un alza salarial del 4%.
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