Zouhier, acusado también de tenencia ilícita de armas
Rafá Zouhier, el confidente de la Guardia Civil que puso en contacto a los integrantes de la célula de Morata de Tajuña con los miembros de la trama de tráfico de explosivos de Asturias posibilitando los atentados del 11-M, será acusado de tenencia ilícita de armas, según informaron fuentes de la investigación.
Zouhier, de 25 años, natural de Casablanca (Marruecos), está acusado hasta el momento de un delito de colaboración con organización terrorista en relación con los atentados del 11 de marzo. Sin embargo, en su última declaración judicial, el 26 de agosto pasado, admitió ante el juez que tuvo en su poder una pistola del calibre 6,35 que se la había proporcionado un amigo llamado Lofti, presunto jefe de un clan de delincuentes al que a su vez se la había vendido un guardia civil llamado Pedro, que se encuentra en paradero desconocido y al que se vincula con el tráfico de armas.
El hecho de que Zouhier tuviera una pistola había sido revelado al juez por una antigua novia del confidente, quien dijo que la guardaba en una caja y que ella la había visto.
No obstante, Zouhier declaró que la guardaba en un hueco realizado a tal efecto en su colchón. La Guardia Civil pudo comprobar que, efectivamente, en el colchón, aparte de una quemadura supuestamente realizada por la explosión de un detonador facilitado por el clan de los asturianos, se encontraba un hueco que podría albergar un arma corta.
Por ello, y a la vista de que su propia confesión se ve ratificada por otras pruebas objetivas, la Fiscalía de la Audiencia Nacional le acusará también del delito de tenencia ilícita de armas.
Para abundar en este hecho delictivo, la fiscal ha solicitado que sea citado a declarar en calidad de imputado Lofti Sbai, al que también se imputará un delito de tenencia de armas prohibidas. Este delito, tipificado en el artículo 563 del Código Penal, está castigado con penas de uno a tres años de cárcel.
Zouhier estuvo en la cárcel de Villabona (Asturias) como preventivo entre el 21 de septiembre de 2001 y el 5 de febrero de 2002 por un delito de robo con violencia. Allí coincidió con Antonio Toro, cuñado del ex minero José Emilio Suárez Trashorras, y facilitó a un tal Hassan el contacto para hacerse con los explosivos utilizados el 11-M.
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