_
_
_
_
Entrevista:RAFAEL FERRANDO | Presidente de Cierval

"La competencia somos nosotros mismos, debemos afrontar la realidad y ser autocríticos"

Pregunta. Rafael Calvo, presidente de los fabricantes de calzado, asegura que la pérdida de empleo es "un problema objetivo" de los sectores manufactureros. ¿Qué extensión tiene el problema en la Comunidad Valenciana?

Respuesta. Las empresas de nuestros sectores tradicionales no tenían otro planteamiento que competir por precio. Pero estamos inmersos en el mercado común de la Unión Europea, que ahora se amplía, y avanzamos hacia la globalización comercial. Los países emergentes, como China o la India producen mucho más barato y tenemos que acometer ciertos cambios estructurales.

P. ¿Cuáles?

R. Desde antiguo trabajamos en dos variables. Analizar los sectores tradicionales y cómo deben adaptarse a la nueva realidad. Y estudiar qué sectores emergentes pueden asumir parte de esa mano de obra. Deben ser sectores con alto valor tecnológico, productores de bienes de equipo, de servicios, que ofrecen mayor coherencia y estabilidad.

"Estoy cómodo en la presidencia de Cierval, pero no estoy pegado al sillón"
"La creatividad y la imaginación han sido valores añadidos, pero sólo eso no nos vale"
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

P. ¿A qué atribuye el asalto de naves chinas en Elche?

R. Hay que condenar severamente los asaltos y no pretendo justificarlos, pero la gente de Elche reclama reciprocidad. Mientras a nosotros nos cuesta mucho entrar a vender en China, la Unión Europea no pone ningún reparo a las importaciones asiáticas. Muchas grandes empresas de calzado que producen fuera mantienen sus canales de distribución con base en Elche. Y eso es lo que están aprovechando los chinos. La gente piensa: 'Lo único que nos queda de valor añadido se lo van a comer también'. El recetario está claro: la marca, la calidad, el valor añadido. Pero otro factor es saber vender y debe ser un reto proteger lo poco que tenemos.

P. A tenor del recetario que propone, nuestra competencia real ¿es China o es Italia?

R. La competencia somos nosotros mismos. Si sabemos dónde estamos, qué queremos y cómo hacerlo pasaremos a los chinos y a los italianos por delante. Debemos afrontar nuestra propia realidad. Los italianos nos comen el terreno porque ese proceso lo llevan mucho más adelantado que nosotros. Debemos ser autocríticos. Entre los emprendedores valencianos la creatividad y la imaginación han sido valores añadidos muy importantes, pero sólo eso no nos vale. Debemos utilizar muchas otras armas como los italianos, los polacos y otros. La cerámica, por ejemplo, es el sector que primero siguió la estela de los italianos y ya les ha adelantado claramente.

P. ¿Tiene la industria valenciana capacidad para asumir los empleos en peligro?

R. Sin movilidad laboral es muy complicado. Pero la Comunidad Valenciana vivió una experiencia de reconversión en Sagunto que salió muy bien. El origen fue muy negro. El cierre de altos hornos dejó la ciudad sumida en la crisis, pero la implantación de nuevos sectores y la colaboración entre empresarios, sindicatos y autoridades municipales hizo posible consolidar un tejido productivo que se va ampliar y desarrollar gracias a la ubicación geoestratégica de la ciudad.

P. ¿Es geoestratégica la situación de la Comunidad Valenciana?

R. Estamos en el centro del Arco Mediterráneo español y somos el puerto más próximo al centro de la Península, luego tenemos muchas más posibilidades de desarrollo que otras zonas. Desde que se crearon las comunidades autónomas, Madrid es la que más ha crecido en población y económicamente. Es un polo de desarrollo enorme cuya salida al mar está en Valencia. Pero además, estamos vinculados al corredor mediterráneo y nuestra salida hacia Europa es a través de Cataluña. Lo que debemos hacer es complementarnos con nuestro entorno.

P. ¿Somos complementarios o rivales de Cataluña?

R. No debemos plantearnos que Valencia sea como Barcelona o la Comunidad Valenciana como Cataluña, que ha sido un referente clásico que muchos intelectuales han tenido siempre aquí. Debemos partir de nuestras raíces, analizar lo que queremos ser y conseguirlo. Nos acercaremos mucho al modelo catalán, pero no tenemos por qué, en un acto de masoquismo, estar siempre mirando a lo que pasa allí.

P. ¿Están abiertos los sindicatos a novedades como la movilidad laboral?

R. Los sindicatos trabajan con rigor y hacen ofertas razonadas sobre estudios. Debemos tener en cuenta sus opiniones porque son fundadas y establecer un diálogo fluido.

P. El ámbito del Plan Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (Pavace), que reúne a patronal, sindicatos y Generaliltat, ¿permite un diálogo fluido?

R. El Pavace es flexible y estamos pendientes de una revisión que debe permitirnos abordar los nuevos problemas.

P. El Gobierno plantea en su presupuesto un cambio de modelo económico orientado hacia la productividad.

R. Si no producimos más y mejor perdemos competitividad. Teníamos un gran diferencial de riqueza con respecto a la Unión Europea, que venía dado por nuestra forma de producción, y lo hemos ido perdiendo al homologar paulatinamente nuestra renta con la media europea. Si no apostamos por la productividad, perderemos de nuevo. De la productividad y competitividad nace la riqueza de un país. Hemos venido creciendo gracias al cosumo interno, la construcción y las nuevas infraestructuras. Parece que el Gobierno sigue apostando por las infraestructuras. La vivienda va a sufrir una suave desaceleración, pero desaceleración al fin y la cabo. Y el consumo interno dependerá de que mantengamos el diferencial de crecimiento.

P. ¿Qué opina sobre la flexibilidad en torno al equilibrio presupuestario?

R. Los presupuestos han perdido, una vez más, la oportunidad de cuadrar los ingresos y los gastos. Estamos totalmente en contra de que se recurra al fondo de la Seguridad Social para cuadrar los presupuestos. Los recursos no son infinitos y, si hubiera un momento de crisis y descendiera el número de afiliados a la Seguridad Social, el fondo mermará rápidamente porque la población jubilada crece exponencialmente. Por eso hay que mantener la deuda en volúmenes asumibles y esperamos que se reconduzcan las tres prioridades que ha establecido el Gobierno: la deuda de las comunidades autónomas, la de Renfe y la de Televisión Española.

P. ¿Qué le parece la nueva Consejería de Empresa?

R. Es una experiencia que gobiernos autonómicos y el propio gobierno central han intentado conseguir sin demasiado éxito. El Gobierno del PP creó un Ministerio de Ciencia y Tecnología pero tuvo que volver a Industria. El Gobierno socialista también quería vincular ciencia y tecnología pero, ante el fracaso del PP, lo ha hecho a través del Ministerio de Educación. Todos saben lo que hay que hacer, pero aún no han atinado. La fórmula de la Generalitat puede servir. Nos hubiera gustado que el consejero fuera alguien con conocimiento de gestión empresarial, pero apoyaremos todo lo posible la iniciativa para que se consolide. Puede ser muy interesante para optimizar las subvenciones públicas para inversiones en I+D+i.

P. ¿No aporta el secretario autonómico de Empresa conocimiento en gestión empresarial?

R. Es una persona de plena confianza del consejero que conoce bien el mundo empresarial. Sabemos que se puede hacer una gran labor, pero esperaremos a conocer los resultados. Nosotros, desde luego, no vamos a poner zancadillas.

P. ¿Qué hay que hacer para estrechar la relación entre la Universidad y la empresa?

R. Hay que crear química, sintonía, una aproximación. Es una cuestión cultural y exige el cambio de muchas mentalidades.

P. ¿Hay un exceso de asociaciones de representación empresarial?

R. La cosa está muy clara. Cierval tiene la representación empresarial. Pero todas las asociaciones tienen intereses legítimos y estamos abiertos a la cooperación con todas.

P. ¿Se siente cómodo en su cargo o considera que ya ha llegado la hora del relevo?

R. Estoy cómodo. Pero si el conjunto de los sectores considera que, por bien de la organización, interesa darle nuevos aires, yo daría paso. No estoy pegado al sillón, sino en plan de servicio.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_