Urbanismo descarta el modelo de Diagonal Mar para el barrio de la Zona Franca

Ni las torres de Diagonal Mar, ni el modelo de la Vila Olímpica, ni la alta densidad del Eixample barcelonés. El nuevo barrio que proyecta el Ayuntamiento de Barcelona para los terrenos ahora industriales situados junto al paseo de la Zona Franca podría parecerse más a la línea del frente marítimo de la ciudad que ha crecido en los últimos cinco años, con manzanas parecidas a las del Eixample, pero con menos vivienda y más manchas verdes que las unan.

Responsables de Urbanismo del consistorio insisten en que es precipitado intentar hacer una fotografía del nuevo barrio que se configurará en el distrito de Sants-Montjuïc entre la ladera de la montaña próxima al cementerio, el límite de L'Hospitalet, la calle del Foc y las vías del tren, donde arranca el paseo de la Zona Franca. Son 726.000 metros cuadrados actualmente de suelo industrial -con un núcleo residencial concentrado básicamente en la colonia de Eduard Aunós- que se convertirán en un nuevo barrio en los próximos años, cuando llegarán al barrio la línea 9 del metro y probablemente la prolongación de la 2.

El primer paso del proyecto se dio en diciembre de 2003, con la suspensión de licencias en ese entorno, y el segundo el pasado 29 de septiembre, con la publicación del documento de criterios, que consiste en la definición del proyecto y sus parámetros básicos. Ese paso, además, supone abrir el proceso de participación que según el alcalde, Joan Clos, caracterizará la creación de un nuevo espacio de la ciudad en el que residirán unas 25.000 personas.

El modelo que se quiere plasmar es el de ciudad compacta, en la que convivan la actividad económica y el uso residencial, con un claro predominio del último. Y la imagen del futuro barrio no tendrá nada que ver con el modelo de Diagonal Mar. En esa parte de la Zona Franca se persigue un modelo "evolucionado" de la Vila Olímpica. Por evolución hay que entender más densidad por hectárea tras la evidencia de que ha costado crear barrio. Si la Vila Olímpica no llega a las 60 viviendas por hectárea y el Eixample está en 160, para el nuevo barrio de la Zona Franca se calculan unas 100, con una construcción más parecida a la del frente marítimo: edificios de entre 8 y 10 pisos formando manzanas y con espacios verdes que sirvan de nexo de unión, según explicaron los responsables del Instituto Municipal de Urbanismo (IMU).Evitando la crítica abierta al modelo de Diagonal Mar, de la que huyen, los responsables municipales de Urbanismo señalan que en el nuevo barrio de la Zona Franca se evitará concentrar la superficie de zona verde en un gran parque. Ése fue precisamente el modelo seguido en Diagonal Mar.

En su lugar, se apuesta por diseminar las manchas verdes y concentrar la mayor parte en un parque cuya superficie estará entre las dos hectáreas de parque del Escorxador y las 3,5 proyectadas para el parque central del Poblenou.

En cualquier caso, la característica principal del proyecto es la mezcla del espacio residencial, la zona verde, los equipamientos y la actividad económica. La combinación precisa en que se dispondrán las zonas se perfilará al término de la exposición pública y tras la aprobación inicial del proyecto, prevista para diciembre próximo, según apuntaron fuentes municipales, que también subrayaron que será el proceso participativo el que marcará en gran medida la morfología del futuro barrio.

Las 72 hectáreas que ocupará están divididas en 240 parcelas, la mayoría de ellas dedicadas a la actividad industrial y a naves de almacenaje. El sector residencial se concentra en la colonia de Eduard Aunós -que sobrevivirá a la reforma- y otras viviendas diseminadas por el entorno, cuyos residentes serán realojados en la misma zona.

En cuanto a los usos, se parte de la premisa de que perviva la actividad industrial que existe si es compatible con la residencial -es el mismo modelo que el del 22@ del Poblenou- y la que no lo sea se desplace a otro lugar, de forma preferente al polígono industrial de la Zona Franca, según apuntaron responsables municipales la semana pasada en la presentación del proyecto ante los representantes de las asociaciones de vecinos de la zona. En cualquier caso, se abrirá un proceso de negociación con los propietarios de las parcelas o negocios afectados.

El proyecto de crear un barrio nuevo en la Zona Franca ha sido acogido de forma favorable por el vecindario del entorno, desde los residentes de Eduard Aunós a los de la Marina y del barrio del Port, que durante años han reivindicado más atención a sus necesidades, en especial al transporte público, y equipamientos de todo orden.