ETA suspendió un atentado en Madrid con cuatro coches bomba tras el 11-M
El ataque estaba previsto para junio, según el camionero detenido en la operación contra Antza
ETA tenía planeado perpetrar un atentado en Madrid en el pasado mes de junio con cuatro coches bomba en distintos puntos de la ciudad, pero abandonó la idea tras "la gran conmoción" provocada por los ataques del 11 de marzo. Fuentes de la investigación aseguran que el plan ha sido revelado por el camionero Pedro Antonio Alcantarilla, detenido el domingo en Burgos durante la operación en la que fueron arrestados los jefes de ETA, Mikel Albizu, Mikel Antza, y Soledad Iparragirre, Anboto. El camionero ha confesado que él propuso a la dirección etarra otros cuatro atentados.
El camionero realizó esas declaraciones en el interrogatorio efectuado por agentes de la Guardia Civil. Posteriormente, se negó a contestar a las preguntas del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Pedro María Alcantarilla Mozota transmitió a su abogado y al juez que los datos aportados por el instituto armado al magistrado fueron conseguidos mediante torturas, si bien firmó su declaración y en el interrogatorio estuvo asistido por un letrado de oficio. El pasado jueves fue enviado a prisión.
Alcantarilla, nacido en San Sebastián el 28 de junio de 1960, fue preguntado sobre el zulo hallado en su casa -en Chemin Lissaritz, en la localidad de Urrugne-, en el que había sido ocultado un arsenal de armas, entre ellas un misil tierra-aire. También fue interrogado sobre su participación en actividades de ETA y sobre si conocía planes de esa banda para cometer atentados. El camionero aseguró que el pasado septiembre, durante una cita con su "responsable", fue informado de que la banda quería "haber hecho estallar [el pasado junio] cuatro coches en distintos puntos de Madrid". Alcantarilla añadió, según fuentes de la investigación, que dicho atentado había quedado "suspendido" debido "a la gran conmoción" que habían provocado en todo el mundo los atentados del 11 de marzo, que causaron la muerte a 191 personas e hirieron a más de 1.500.
Un plan similar
El plan relatado por Alcantarilla es similar al que la banda había intentado ejecutar en diciembre de 2002, presumiblemente durante el día 22 o en Nochevieja, mediante "cinco ataques consecutivos contra otros tantos centros comerciales de la capital", según informó el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes.
Este ataque coordinado no llegó a ser perpetrado gracias a que, el 17 de diciembre de 2002, dos agentes de la Guardia Civil dieron el alto en Collado Villalba (Madrid) al vehículo con matrículas falsas de Málaga en el que los etarras Gotzon Aramburu Sudupe y Jesús María Etxeberria Garaikoetxea intentaban introducir en Madrid 130 kilos de explosivos, divididos en cinco bombas que ellos mismos montaron. Uno de los guardias que les paró, Antonio Molina Martín, natural de Melilla y de 27 años, fue asesinado de dos disparos, y su compañero, Juan Aguilar Osuna, resultó herido en el enfrentamiento.
El conocimiento de este plan por los servicios antiterroristas y el intento, también abortado in extremis, de atentar contra dos trenes Intercity en la estación de Chamartín en la Nochebuena de 2003 desencadenaron una vasta operación de seguridad -llamada Operación Genil- para evitar una nueva tentativa. También motivó que en las primeras horas posteriores a los atentados del 11-M, las Fuerzas de Seguridad apuntaran -fruto del análisis, no de pruebas obtenidas sobre el terreno- a ETA como autora de la masacre.
El camionero, además, confesó a la Guardia Civil que en marzo de 2001 entregó a Asier Oyarzabal, Baltza -entonces jefe del aparato logístico de ETA-, cuatro tubos lanzagranadas y placas de matrículas sin troquelar. Asimismo, a principios de 2002 hizo llegar a Lorentza Guimón cuatro cajas con 30 kilos de dinamita Titadyne cada una.
Alcantarilla confesó que había facilitado a Baltza la dirección del domicilio de un militar para que fuera atacado, y que había propuesto una serie de atentados, entre ellos la voladura de varias torres del tendido de alta tensión situadas a ambos lados de la frontera franco-española, para provocar "un gran apagón" en España. Éste fue, supuestamente, el doble atentado fallido del pasado 26 de septiembre en Huesca y Guipúzcoa.
Más bombas en verano
El camionero afirmó que había propuesto intensificar la campaña de atentados de ETA en verano para dañar a la principal industria española, el turismo, y que planteó la necesidad de un ataque contra el estadio Santiago Bernabéu durante un partido internacional del Real Madrid. Un atentado de similares características fue perpetrado cerca de ese estadio el 1 de mayo de 2002 con un coche bomba cargado con 20 kilos de dinamita.
ETA también planeó la colocación de 13 mochilas bomba en la estación de esquí de Baqueira Beret (Lleida). Este plan fue relatado por Irkus Badillo Borde y Gorka Vidal Álvaro cuando fueron detenidos a finales del pasado febrero mientras se dirigían a Madrid con una furgoneta cargada con 506 kilos de cloratita y 30 de Titadyne. El ataque contra la estación invernal estaba previsto para el 25 de diciembre de 2003, pero los terroristas desistieron "por la existencia de un fuerte temporal", según confesaron.
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