"Las reformas de Turquía son ya irreversibles"
En una torre de oficinas de las afueras de Ankara próxima a una base de helicópteros del Ejército se diseña la hoja de ruta de Turquía en su camino hacia Europa. En la sede de la Secretaría de Estado para la UE del Ministerio de Exteriores turco se respiraba ayer una rara calma tras el sí, pero... dado el miércoles por la Comisión Europea para el inicio de las negociaciones de adhesión. "La decisión política se tomará en diciembre, y va ser todavía más difícil", anticipa Ahmet Acet, un diplomático turco de 52 años curtido en los conflictos de los Balcanes, número dos en la Secretaría de Estado.
Todavía parece ser pronto para celebraciones en Ankara y el champaña seguirá enfriándose al menos hasta el 17 de diciembre. "Turquía ha cumplido su parte. Ahora es el Consejo Europeo, los jefes de Estado y de Gobierno, el que tiene que responder a su compromiso de Copenhague de diciembre de 2002: el inicio de la negociación sin demoras", recuerda Acet. En Ankara ha causado malestar que la Comisión haya hecho explícita en su informe una cláusula de paralización de las negociaciones si se producen retrocesos en la política interna turca. "Es claramente discriminatoria. Es evidente que Bruselas puede echar el freno cuando lo crea conveniente, lo mismo que los negociadores turcos. Pero incluirla en el informe nos parece innecesario", afirma el secretario de Estado adjunto para la UE. "Las reformas emprendidas por Turquía son ya irreversibles".
Carrera de obstáculos
Los responsables turcos reconocen abiertamente que su integración en Europa será una carrera de obstáculos. "Estamos acostumbrados a las dificultades. En 1963, cuando firmamos el acuerdo de asociación con la Comunidad Europea, ya se nos advirtió de que nuestros inmigrantes no tendrían libertad de movimientos para trabajar en Europa durante muchos años... Pero ahora, más de 40 años después, se nos amenaza con una exclusión permanente de una de las libertades básicas de la UE", explica Acet, quien esperaba contar "al menos con los mismos plazos que Polonia" para esta cláusula de salvaguarda. "No es extraño que la veamos como una especie de castigo a Turquía".
En la decisión de los líderes europeos en diciembre debe quedar claro que la libertad de movimientos de las personas será una cuestión abierta en las negociaciones, según este diplomático turco. "Hay una cierta tendencia a discriminarnos, y esto se ve en la actitud de algunos países de la UE", sostiene Acet, para quien, en general, la Comisión Europea "ha hecho un buen trabajo, un informe objetivo sobre Turquía, basado en fuentes solventes y datos reales". Sólo apunta algún error material en el análisis de la ley de asociaciones y "una excesiva generalización, no amparada por estadísticas o estudios sociológicos, sobre la situación real de las mujeres en Turquía".
No es el caso de las torturas de detenidos en las comisarías turcas, donde siguen surgiendo denuncias. "Hemos demostrado que podemos acometer en poco tiempo grandes reformas legales, pero tenemos que trabajar más para evitar que se sigan produciendo violaciones de los derechos humanos", admite Acet. "Por eso Turquía va a tener que recorrer un largo camino. Hace falta un cambio de mentalidad en la policía. En las academias, los nuevos agentes están recibiendo ya una formación muy estricta en el respeto a los derechos humanos", subraya.
Esta nueva modernización de Turquía, tras la emprendida por Mustafá Kemal, Atatürk, hace 80 años, tras el desmoronamiento del Imperio Otomano, supone, a su juicio, "educar a toda la sociedad en los valores compartidos por la Unión Europea". Desde que el Ministerio del Interior aplica el principio de tolerancia cero a los malos tratos se ha producido, según Acet, un declive en el número de denuncias presentadas. "En Turquía sigue habiendo casos de tortura, pero no puede hablarse de que sea una práctica sistemática", concluye, "y ahora hay instrumentos de denuncia y verificación de las denuncias".
El secretario de Estado adjunto para la UE cree que el actual esfuerzo modernizador de Turquía se concentra, ante todo, en educar a un "país profundo" muy marcado aún por el peso de las tradiciones y donde, a pesar de acabar de haber sido abolidos en el Código Penal, aún se aceptan socialmente "crímenes de honor" como la muerte a manos de su padre de una joven que ha sido violada.
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