El informe dice que Sadam sobornó a políticos de Francia, China y Rusia
El ex presidente iraquí presuntamente utilizó el plan humanitario de la ONU en beneficio propio
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) no encontró las armas de destrucción masiva de las que alertó la Administración que preside George W. Bush para justificar la intervención militar en Irak, pero sí documentos en los que se ponen en evidencia los lazos que estableció Sadam Husein con varios Gobiernos, incluidos los de Francia, Rusia y China, en su campaña contra las políticas de castigo de la Casa Blanca. La CIA hace mención expresa a la corrupción en el programa Petróleo por Alimentos de la ONU, que supuestamente fue utilizado para pagar sobornos.
El informe de la CIA, de 1.200 páginas, incluye una larga lista en la que aparecen citados varios centenares de empresas, individuos, organizaciones políticas y funcionarios a los que Sadam intentó sobornar para conseguir que Naciones Unidas levantara las sanciones. Si esa lista coincide con una anterior que publicó en febrero la prensa árabe, los beneficiarios de ese dinero residirían en medio centenar de países, tres de ellos en España: Basem Qaqish, miembro del comité español para la Defensa de la Causa Árabe; Ali Ballout, periodista de origen libanés; y Javier Robert, del que no se dan más datos.
Los servicios de inteligencia no dan ningún nombre de empresas o individuos en EE UU, argumentando el respeto de las leyes de privacidad. Se da la circunstancia de que el Senado estadounidense está investigando por su parte la implicación de su país en el esquema de soborno y corrupción de Sadam. Por todo esto, fuentes diplomáticas y organizaciones como el Middle East Media Research Institute (MEMRI), establecen un vínculo directo entre la lista elaborada por la CIA y los documentos entregados por el Ministerio del Petróleo iraquí a Washington.
La atención en esta trama de corrupción se centra sobre todo en Francia, Rusia y China, los tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad que se opusieron a la intervención militar estadounidense y británica en Irak. El informe cita, entre otros, al ex ministro de Interior francés Charles Pascua como uno de los miembros del Gobierno galo implicados. Además, se dice que el embajador iraquí en Francia fue instruido para sobornar al Partido Socialista francés y a miembros del Gobierno.
El informe señala también que Irak compró misiles y otros artículos militares a Rusia y China, junto a otros países como Siria, Jordania, Líbano, Turquía, Emiratos Árabes, Yemen, Corea del Norte y Corea del Sur. Entre los individuos que aparecen en la lista de la CIA están el ultranacionalista ruso Vladímir Zhirinovsky, la presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, o los hijos del presidente libanés, Emile Lahoud.
La CIA calcula que el régimen iraquí logró amasar durante los años del embargo 11.000 millones de dólares a través de acuerdos "oscuros". En este punto se hace referencia a la corrupción en el programa humanitario Petróleo por Alimentos de la ONU, del que la CIA dice que el régimen de Sadam tomó 1.780 millones de dólares para financiar su campaña de lobby contra las sanciones. El presidente de EE UU, George W. Bush, hizo mención directa ayer a este punto al referirse al contenido del informe de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva. También lo hizo el vicepresidente Dick Cheney durante un mitin de campaña.
El citado programa humanitario de la ONU manejó unos 67.000 millones de dólares a partir de que empezara a funcionar en 1996. La inteligencia estadounidense afirma que Sadam Husein lo utilizó también para comprar armas y material prohibido por el embargo, y usó el petróleo que vendía a las petroleras extranjeras para enriquecerse. Se dice que de esta manera logró recaudar 3.000 millones de dólares, además de los 7.500 millones que generó la venta de crudo entre comienzos de 1990 y el comienzo de la guerra en marzo de 2003.
Escepticismo en la ONU
En Naciones Unidas se limitan a decir que se trata de "una parte menor" en el informe de la CIA y recuerdan que la investigación independiente que está llevando Paul Volcker -antiguo presidente de la Reserva Federal- para determinar el grado de implicación de los funcionarios de la organización "sigue su curso". "Hay que ser pacientes", dijo el portavoz. Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló tras conocer la conclusión final del informe de la CIA sobre las armas de destrucción masiva: "No me impresiona".
El Ministerio de Asuntos Exteriores francés declaró que lo más importante es conocer si hay algo de verdad en las acusaciones de la CIA. "Las acusaciones no han sido verificadas ni con las personas implicadas ni con las autoridades de los países correspondientes", dijo el portavoz diplomático francés, Hervé Ladsous. En Francia muchos creen que detrás el informe estadounidense, al menos en parte, hay intereses políticos y cierta intención de castigar al país por su oposición a la guerra.
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