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PSOE y PP: "Nadie es virgen en contradicciones"

Lourdes Lucio

El PSOE se opuso ayer por segunda vez en esta legislatura a que el Gobierno andaluz fije la cuantía total de la deuda histórica y los plazos para su liquidación en la Comisión Mixta de Transferencia. Durante el debate de una proposición no de ley del PP, que no prosperó, el portavoz popular y el del PSOE se reprocharon haber dicho una cosa y la contraria sobre la disposición adicional segunda del Estatuto.

Los representantes de los cuatro grupos parlamentarios subieron a la tribuna pertrechados de documentación y con el Estatuto de Autonomía en la mano. Todos ellos leyeron el mismo precepto normativo, pero con tan distintas entonaciones que parecía que no era el mismo. Habían rastreado hemerotecas y diarios de sesiones en los que se recogían pronunciamientos antiguos sobre la deuda histórica y la conclusión a la que llegaron fue la siguiente. "Nadie es virgen en este tema", confesó el portavoz socialista, Manuel Gracia, quien dijo que su grupo no ha cambiado de posición "de fondo, aunque sí el discurso". "Nadie es virgen en contradicciones", admitió el popular Salvador Fuentes y remachó: "Todos tenemos de todo, así que no apele a la decencia porque hay mucha hemeroteca y se han dicho muchas barbaridades".

Éste fue el tono del debate de la iniciativa del PP, con la que este grupo perseguía poner de manifiesto la "mascarada" de los socialistas desde la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa. "¿Sabe usted lo que decía la señora Magdalena Álvarez sobre dónde debía negociarse la deuda histórica? En comisión bilateral". Y contraatacó Gracia: ¿Sabe lo que decía Rajoy cuando era ministro? Rechazaba la deuda histórica porque era tanto como admitir que España estaba en deuda consigo misma".

Como horas antes dijo Manuel Chaves, el portavoz socialista afirmó que el PSOE apuesta por negociar la deuda histórica "en un marco de colaboración" con el Gobierno central, que en cinco meses había atendido muchas de las reivindicaciones planteadas al Partido Popular en los últimos ocho años de mandato de Aznar.

Izquierda Unida y el PA intentaron mantenerse al margen de este partido de tenis, aunque la federación de izquierdas tampoco se libró del meticuloso rastreo de los socialistas, que encontraron una intervención de Luis Carlos Rejón en 1997 en el pleno del Parlamento en la que no defendía la negociación bilateral de la deuda histórica. De los andalucistas, en este asunto, no hallaron nada, por lo que su portavoz, José Calvo, no recibió ningún reproche de los grupos mayoritarios. "Como nacionalista, les pido a los partidos centralistas que no cambien el discurso en función de quién gobierna en Madrid, porque es un engaño a los andaluces", dijo.

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