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Sanidad pagará a un paciente lo que se gastó en una clínica privada

Oriol Güell

El retraso del hospital Gregorio Marañón en tratar el cáncer de próstata de un enfermo -descartó operarle y le propuso un tratamiento paliativo a base de hormonas que debía ser prescrito por un urólogo que no le daba cita- le ha costado a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid un varapalo en los tribunales. Un juzgado de lo social considera que el caso era "una urgencia vital", que el centro "dejó de lado" al enfermo y que éste tuvo que buscar "remedio en la medicina privada". El juez condena a Sanidad a devolverle los 5.900 euros que le costó el tratamiento privado.

Los hechos juzgados se remontan a marzo de 2001. El enfermo, un varón de avanzada edad, fue diagnosticado en el hospital de "un tumor maligno en la próstata, con afectación local extensa y posible afectación ósea", dice el fallo. El hospital consideró al enfermo "no candidato para tratamiento radical [extirpación del cáncer], instaurándole tratamiento paliativo a base de hormonas". Lo avanzado del cáncer y la posible metástasis llevaron a los médicos a descartar la extirpación del cáncer.

El tratamiento con hormonas le debía ser administrado bajo supervisión de un especialista en urología. El enfermo se encontró con que la lista de espera para su urólogo estaba cerrada.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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