_
_
_
_

La Comisión pondrá en marcha con la ONU centros de inmigrantes en el Magreb

La Comisión Europea y Holanda financiarán con un millón de euros los proyectos piloto

Gabriela Cañas

La UE abrió ayer la puerta a una fórmula polémica: el establecimiento de centros piloto de acogida de peticionarios de asilo en el Magreb en el plazo de año y medio. Tales centros, financiados por la Comisión Europea y Holanda, serán posibles gracias a acuerdos de colaboración con Mauritania, Marruecos, Libia, Túnez y Argel. Bruselas espera que se sumen a la iniciativa el resto de los miembros de la UE y se termine por establecer, como quiere Alemania, un sistema permanente de centros de inmigración. ACNUR dio su visto bueno y supervisará las condiciones de acogida.

La Comisión Europea pondrá 800.000 euros, y Holanda, 200.000. Con esa suma pretenden ayudar a esos cinco países a mejorar sus procedimientos de asilo y capacitarles para acoger a las miles de personas que utilizan su suelo como tránsito hacia Europa. Finalmente, el "consenso" alcanzado ayer, según el comisario europeo de Justicia e Interior, Antonio Vitorino, se ha limitado a los peticionarios de asilo, si bien todos insistieron en que el objetivo es reducir la inmigración ilegal hacia Europa y, sobre todo, evitar que miles de personas se pongan en manos de las mafias para acceder, en muchas ocasiones arriesgando sus vidas, a las puertas de Europa.

Alemania prometió presentar próximamente una propuesta similar para establecer "portales de inmigración" en la búsqueda de una solución permanente a la presión migratoria que sufre Europa. Gran parte de ésta, dice la UE, viene disfrazada de peticiones de asilo. En el año 2002, la UE registró 308.787 peticiones de asilo. Sólo se concedió el estatuto de refugiado al 17% (52.128). Con esas cifras en la mano, se considera que entre el 80% y el 90% de los peticionarios son inmigrantes económicos. De ahí que el proyecto piloto se limite a los demandantes de asilo.

El ministro español del Interior, José Antonio Alonso, siguió mostrando sus reticencias morales a establecer estos centros, como hizo el francés Dominique de Villepin, al exigir el respeto a los derechos humanos. Pero, al mismo tiempo, Alonso hizo notar que la fórmula no resuelve el problema de España, que acoge fundamentalmente a meros inmigrantes económicos.

En efecto, los centros piloto se centran en los peticionarios de asilo. Hace un año, la UE rechazó una idea similar del Reino Unido porque ésta consistía en reenviar a los demandantes de asilo a esos centros de acogida exteriores mientras hacían los papeleos. En este caso, la fórmula se limitaría a enviar allí a los interceptados en aguas internacionales y a los que lleguen a esos países y no hayan entrado aún en la UE. "Es un sistema complementario, nunca alternativo, al que ya tenemos", puntualiza Alonso.

Aumenta la presión

La ayuda europea permitirá mantener unas aceptables condiciones de vida en los centros, pero sólo se otorgará si los países de tránsito ratifican la Convención de Ginebra, un requisito que no cumple Libia. Los estudios de Bruselas consideran que a medida que Europa cierra sus fronteras a los refugiados (cada año hay menos demandas y menos admisiones), la presión aumenta en países terceros, como el Magreb, donde no hay capacidad de acogerlos. De ahí que Vitorino afirme que este sistema "no supone transferir la carga, sino compartirla".

Dado que los refugiados no quieren ir al Magreb, sino a Europa, Bruselas propone una solución: una parte de los que logren el estatuto de refugiado podría acceder al suelo europeo. Los detalles, con cuotas flexibles de admisión por países, están por definir. Ruud Lübbers, el alto comisionado para los refugiados de la ONU (ACNUR) dijo estar feliz de que la UE por fin haya decidido afrontar este problema.

Ese 80%-90% de demandantes de asilo que no obtengan el estatuto de refugiado serían considerados inmigrantes económicos y, por tanto, devueltos a sus países de origen. "Desde allí, siempre sería más fácil retornarlos a casa como vinieron, en autobús o en otros medios de transporte", explicó Dominique de Villepin, quien aseguró que los únicos beneficiarios de los centros en los que los inmigrantes permanecen durante mucho tiempo son las mafias.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_