La niña de Mamá y Mami
"Mi pareja adoptará a mi hija biológica y yo a la suya cuando dé a luz", dice Gema
Esta tarde a la niña, de 15 meses, le baña Mamá. Normalmente, sin embargo, suele prepararle el baño Mami. En esta casa madrileña habitada por dos lesbianas y una niña, el convencional Papá y Mamá, ha sido modificado. Gema G. P, una psicóloga de 33 años es la madre biológica de la pequeña, a quien gestó tras someterse a una inseminación artificial. La otra mujer, de 34 años, está ahora embarazada de unos cuatro meses, también por el mismo procedimiento. Llevan juntas siete años y tienen previsto casarse cuando la ley se lo permita. Cada una adoptará a la hija de la otra y las educarán como hermanas. Las dos actuarán como madres de ambas niñas. La ausencia del padre no les inquieta. "¿Qué padre? No hay padre". Su rastro no necesita ser borrado.
"Educaremos a ambas niñas como hermanas y seremos para ellas Mamá y Mami"
"No estamos inventando la pólvora", advierte Gema. "Tenemos un proyecto de vida en común, nos hemos comprado una casa, compartimos una hipoteca como cualquier matrimonio y nos registramos como pareja de hecho hace tres años", relata. "Hace mucho que nos planteamos tener hijos. Me gustaría que muchas parejas heterosexuales lo hubieran meditado tanto como nosotras", ironiza. ¿Por qué recurrieron a la inseminación artificial? "Analizamos varias opciones y tener un embarazo por vía convencional era complejo ya que había que elegir al chico y no queríamos terceras personas. Inseminarnos de un amigo tampoco era fácil: ¿quién?", prosige Gema. Eligieron la inseminación artificial. Querían dos hijos y al poder elegir, han cambiado esta vez de útero. "Que ambas sean niñas es puro azar, lógicamente", aclaran.
La nueva ley, dicen, les da tranquilidad y protección. "Estábamos descubiertas. Si me pasara algo a mí o a ella, darían a nuestras niñas a nuestros respectivos padres". En previsión, Gema ha nombrado tutora de su hija a su pareja. Sus propios padres les acompañron al notario para dar más fuerza, "ya que son partícipes de nuestra decisión, pero "eso tiene la validez que le quiera dar el juez". Gema también ha otorgado a su novia poderes notariales para que poder viajar con la niña, llevarla al médido y que el pediatra pueda detallarle el tratamiento. Hasta ahora sólo son papeles.
En la guardería no tienen problemas. "Nos presentamos las dos con la niña, dijimos que eramos una familia y ya está. Cuando lo dices claro y sin hipocresía, se acepta y no hay más que añadir", aseguran.
Gema y su pareja parecen haberse planteado cualquier eventualidad."Al estar casadas, si nos separamos algún día se puede establecer una pensión a quien corresponda o establecer un régimen de visitas, para que ambas niñas no se separen y ninguna dejemos de ver nuestras hijas. Sería sangrante que no fuera así".
Gema y su pareja se reúnen cada mes con otras familias de una denominada Asociación de Familias Homoparentales, aún no oficial. Así los niños ven que su caso no es único. ¿No es caer en el gueto? "No, porque nuestro entorno habitual es de familias heterosexuales". En Madrid suelen coincidir unas 20 familias. La mayoría compuesta por mujeres, aunque "también hay algún hombre que ha adoptado", dicen. En Barcelona suelen coincidir ya unas 80 familias homoparentales.
Aunque la adopción internacional directa les esté vedada por las legislaciones de los países de origen de los niños, el cambio legislativo abre dos vías de adopción inéditas y hasta ahora privativas de los matrimonios heterosexuales: cada uno de los cónyuges podrá prohijar al hijo biológico o adoptivo de su pareja. Eso significa que un matrimonio homosexual podrá prohijar conjuntamente en España al menor que uno de ellos adoptó en el extranjero en calidad de soltero. De soltero homosexual, pero sin decirlo. De hecho, un pequeño porcentaje de gays y lesbianas ha adoptado en el extranjero como solteros en los últimos años ocultando su orientación sexual. Una vía alambicada y nada fácil: al obtener el certificado de idoneidad, necesario para adoptar, el solicitante debe mantener varias entrevistas y exponer su historia personal.
"¿Quiere usted adoptar en China y es soltera?" Puede hacerlo si firma una declaración de que no es lesbiana y tiene en cuenta que a los solteros sólo se les asigna el 8% de las menores disponibles", explican en una ECAI que tramita adopciones en China. Un filtro para la adopción homosexual que perjudica indirectamente a los solteros heterosexuales, ahora bajo sospecha.
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