El liderazgo de Merkel al frente de la CDU alemana queda en entredicho
La Unión Cristiano Demócrata alemana (CDU) cae en la intención de voto por debajo del 40% por primera vez desde las elecciones generales de septiembre de 2002; en los recientes comicios regionales y municipales ha perdido más votos que los partidos de la coalición de Gobierno, los socialdemócratas (SPD) y Los Verdes; se filtra a la prensa la propuesta de programa electoral con fuertes recortes sociales y se pelea con el partido hermano bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU) del primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber. La consecuencia: el liderazgo de Angela Merkel (CDU), de 50 años, que hace medio año parecía indiscutido, se encuentra en tela de juicio. Por todo Berlín se escucha ya el ruido de los que en la CDU se dedican a serrar el piso sobre el que Merkel se sienta en su sillón.
A Merkel ha empezado a soplarle el viento en contra. A principios de diciembre del año pasado, al concluir el congreso de la CDU en Leipzig, su liderazgo parecía intocable. Las elecciones parciales que siguieron, sobre todo el pasado febrero en Hamburgo, cuando la CDU aumentó un 21% sus votos, y las derrotas escandalosas una y otra vez del SPD, apuntaban a que la marcha de Merkel hacia la cancillería en 2006 iba a convertirse en un paseo. Ahora, la presidenta de la CDU tendrá que defender su posición en el congreso de diciembre en Düsseldorf.
Todo ha cambiado en poco más de unas semanas. El SPD pierde, pero la CDU pierde más: un 7,1% en las parlamentarias de Brandeburgo, un 15,8% en las de Sajonia y un 7% en las municipales de Renania del Norte-Westfalia. Las perspectivas de la CDU/CSU de llegar, con el apoyo de los liberales (FDP), a los dos tercios de mayoría en la cámara alta (Bundesrat) y poder así bloquear todas las leyes del Gobierno federal parecen esfumarse. La CDU tendría que ganar las elecciones de febrero en Schleswig-Holstein y las de mayo en Renania del Norte-Westfalia para conseguir los dos tercios en el Bundesrat. Las perspectivas no son esperanzadoras. La CDU en Schleswig-Holstein es una jaula de grillos y en Renania del Norte-Westfalia, el SPD tiene una reserva importante de votos.
Los sondeos empiezan a constatar una caída lenta pero segura de la CDU: bajó del 49% en enero a un 39% ahora, al mismo tiempo que el SPD se recupera punto a punto. El electorado alemán parece haber empezado a comprender que con la CDU y Merkel, a la que algunos definen como una Margareth Thatcher de bolsillo, los recortes al Estado de bienestar que ahora lleva adelante el canciller, Gerhard Schröder, y el SPD serían auténticos mandobles.
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