La fealdad del hotel de Las Arenas
Es tan sangrante lo que están haciendo con la playa de Valencia y en tantos otros lugares de nuestra ciudad que no se entiende muchas veces la pasividad de sus habitantes.
Será que nos ha entrado un ataque súbito de derrotismo ante tanto abuso y desastre, o será que hemos olvidado la capacidad de cambio que alcanzamos en otros tiempos de lucha en contra de proyectos como la urbanización de El Saler o la entrada de la autovía de Madrid por el viejo cauce del río Turia.
Y si sólo fuera olvido o desmovilización... En el summum de la inconsciencia, muchos ciudadanos felicitan y apoyan a los gobernantes que llevan a cabo esa destrucción. Así, ahora hay quien dice que no le parece feo el hotel del balneario de Las Arenas. Como si la crítica se centrara sólo en la estética de este polémico edificio. Y es que si hoy en día es fea la realizad urbanística de la playa de Valencia no es porque el hotel sea feo en sí, sencillamente es porque esta construcción ha arrasado con otras más antiguas que ya configuraban la peculiaridad de un espacio ahora perdido.
Para que los votantes fieles al PP lo entiendan: un cuadro abstracto puede ser bonito. Pero, si esa obra se pintara sobre un cuadro de Sorolla ¿quedaría todavía coraje para decir que se ha perdido una pintura pero se ha ganado otra más lucida?
Supongo que había muchos otros lienzos blancos para pintar un hotel de esas características... y podríamos haber conservado una estampa que nuestra alcaldesa se ha encargado de borrar para siempre. El hotel sigue siendo una fea realidad, se mire por donde se mire.
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