La asignatura de educación para la ciudadanía enseñará valores democráticos

El Ministerio de Educación ha propuesto crear una asignatura denominada educación para la ciudadanía. En ella quiere que se aborden temas como los derechos y libertades en democracia, la superación de conflictos, la igualdad entre hombres y mujeres, la prevención de la violencia de género y la aceptación de los inmigrantes. Por otra parte, Educación ha programado que las familias que lo soliciten a título individual puedan renunciar a estudiar una alternativa a la asignatura de religión confesional. Aunque antes, el ministerio elevará una consulta al Consejo de Estado para ver si es posible.

El Gobierno se ha propuesto reforzar la educación en valores democráticos en las escuelas al tiempo que pretende replantear de forma paralela la organización de la enseñanza de la religión y sus posibles alternativas.

Hasta ahora, la educación en valores se ha impartido de manera transversal (como la educación sexual, la vial o para la paz) a lo largo de todas las asignaturas del currículo. Pero el ministerio cree que es necesario superar esta situación para que en la nueva ley que prepara el Gobierno esta materia de valores ocupe un lugar más destacado.

Por esta razón, se propone incluir una nueva área de educación para la ciudadanía, que aborde de manera expresa todo lo que se refiere a la formación de los ciudadanos y a la concepción democrática de la organización social y política.

En primaria, el ministerio pretende que la asignatura de educación para la ciudadanía sea impartida por el profesor tutor de cada grupo en el último ciclo de la etapa (5º y 6º de primaria). Mientras que en ESO quiere que se encomiende a los departamentos de geografía e historia y filosofía y que sea impartida en dos cursos, uno en cada ciclo. En esta nueva materia se incorporará los actuales contenido de ética. Asimismo, esta asignatura se ofrecerá en uno de los dos cursos de bachillerato.

En cuanto al futuro diseño de la enseñanza de la religión, el documento presentado ayer por el Ministerio de Educación no despeja todas las dudas suscitadas. El texto señala que la enseñanza no confesional de las religiones se incluirá en los currículos de las áreas que se determinen, especialmente en las materias de geografía e historia, filosofía o la nueva asignatura de educación para la ciudadanía.

Oferta obligatoria

La asignatura de religión confesional seguirá siendo de oferta obligatoria por parte de los centros educativos pero voluntaria para aquellos alumnos que lo soliciten. Su calificación no computará a efectos académicos de cálculo de nota media de acceso a la Universiad ni para la concesión de becas.

Esta asignatura será impartida por el profesorado que se determine de acuerdo con los responsables de las distintas religiones. Pero Educación propone ahora que los profesores que enseñeñ religión tengan la debida titulación y habilitación y que su contratación y condiciones de trabajo tengan que estar conformes con los derechos fundamentales establecidos en el Estatuto de los Trabajadores. Actualmente, a los profesores de religión los eligen los obispos cada año pero los contratan y los paga el Estado.

En cuanto a su alternativa, el documento señala que "los centros tendrán autonomía para organizar el horario de la impartición de la asignatura de religión, de manera que permita atender a las distintas opciones elegidas por los alumnos y asegure la coherencia de toda su oferta formativa". E indica que los colegios e institutos tendrán que asistir adecuadamente a aquellos alumnos que opten por no seguir enseñanzas confesionales.

En este sentido, Educación elevará una consulta al Consejo de Estado acerca de si las familias o los alumnos que lo soliciten expresamente a título individual pueden renunciar a desarrollar actividades alternativas a la enseñanza confesional de las religiones. El texto del ministerio señala que en los acuerdos firmados en 1979 por el Estado español con la Santa Sede sobre enseñanza y asuntos culturales "no dice nada acerca de la obligación de mantener tal tipo de enseñanzas alternativas, por lo que se podría entender como una opción abierta".

En la situación actual, es obligatorio que todos los centros educativos públicos y privados oferten la asignatura de religión católica de 1º de primaria (a los 6 años) a 1º de bachillerato (17 años) acompañada de diversas alternativas para los alumnos que prefieran no cursarla. Algunas alternativas son, por ejemplo, actividades de estudio o prácticas de informática. Ésta es la situación desde que se empezó a aplicar la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), impulsada por los socialistas y aprobada en 1990.

La Ley de Calidad establecía una asignatura de religión confesional, voluntaria para aquellos que lo solicitaran, y otra alternativa sobre el hecho religioso, para el resto del alumnado.