"Ni el Gobierno protege el cine español ni a veces la prensa lo cuida"

Unax Ugalde (Vitoria, 1978) atraviesa un momento dulce en su carrera. Está rodando la comedia Reinas, de Manuel Gómez Pereira, espera el estreno de Rosario Tijeras, de Emilio Maillé y acaba de presentar Frío sol de invierno, primer largo de Pablo Malo en el Festival de Cine donostiarra. Lleva dos días de entrevistas y se le ve cansado.

Pregunta. ¿Qué le animó a trabajar con Pablo Malo?

Respuesta. El guión me impactó muchísimo. Me atrapó la historia y el personaje me pareció una golosina porque me permitía trabajar un arco dramático muy importante. Y a la hora de elegir los papeles siempre intento que supongan un reto.

P. Si no, ¿los rechaza?

R. Sí. Trabajar por trabajar es insano, sobre todo con 25 años. Ahora me tomo el trabajo como una escuela. Si no siento que estoy aprendiendo, si siento que estoy recitando una frase aprendida, no me merece la pena.

P. Supongo que entonces le pesó el hecho de poder trabajar con Marisa Paredes

R. En parte sí. Creo que ha sido un proceso de retroalimentación, como ocurre siempre entre novatos y veteranos. La gente nueva pecamos de inexperiencia, a veces de falta de tino, pero tenemos una naturalidad que ellos van perdiendo. Entonces nosotros aprendemos de su técnica y su experiencia y ellos de nuestra frescura.

P. Interpreta, de nuevo, a un personaje con una vida durísima. ¿Lo suyo son los personajes problemáticos?

R. Si un personaje no tiene problemas, ¿qué vamos a contar? Son atractivos porque requieren una introspección fuerte. El de Adrian en concreto, un joven que acaba de salir de un psiquiátrico, lo era porque son los ojos del espectador.

P. ¿Los personajes mueren con los estrenos o le queda algo de ellos?

R. El residuo queda, y queda el aprendizaje. Lo que pasa es que tenemos que expulsar algo porque si no estaríamos de psiquiatra.

P. La película tiene mucho de cine social. ¿Es con el que más se identifica?

R. Como espectador es el que más me gusta, pero como actor prefiero atender al personaje y al guión. No creo que haya que meterse sólo en un tipo de cine, hay que aprender de todo. Y, sobre todo, defender los tres medios: la televisión, el cine y el teatro. Todos son necesarios y un actor es digno en cualquiera de ellos.

P. ¿Cree que se minusvaloran televisión y teatro?

R. Muchas veces se dice que el actor de cine es mucho más valioso que el de televisión. Yo he trabajado en los dos medios y pienso que es más complicado llevar un personaje en la televisión, porque no tienes tiempo para construirlo y porque tampoco interesa muchas veces entrar en los matices. A veces con que digas el guión... El espectador de la televisión no es muy exigente. Muchas veces tiene encendido el aparato pero no lo mira.

P. Usted nunca habría llegado al cine sin la televisión.

R. Es cierto, porque no deja de ser una plataforma de lanzamiento. Los productores prefieren caras conocidas para tener ya ganado al gran público.

P. ¿Tiene proyectos para volver?

R. De momento, no.

P. ¿Prefiere aprovechar su racha en cine?

R. Sí. Aparte del rodaje de Reinas, tengo pendiente el estreno de la película colombiana Rosario Tijeras, adaptación del bestseller de Jorge Franco.

P. Se fue a Madrid por exigencias del guión de su carrera. ¿Volvería a Euskadi?

R. Si se hicieran dos Fríos soles de invierno al año, me venía a comer a casa de la amatxu.

P. ¿Qué echa en falta en el cine español ahora que se habla de crisis?

R. El primer problema es el Gobierno, que deja entrar las películas norteamericanas a tropel. Los americanos saben muy bien que el 50% de un filme es la promoción y nosotros lo sabemos; lo que pasa es que justo nos llega para realizar la película, y cuando hay que promocionarla, ya no hay dinero. Ni el Gobierno protege el cine español ni, a veces, la prensa se esfuerza por cuidarlo.