Richard Branson promete vuelos suborbitales a partir de 2007
Ya no es un sueño. En un plazo de cuatro años, los turistas podrán viajar al espacio, en vuelos de unas tres horas de duración, por el módico precio de 165.000 euros. Así al menos lo asegura Richard Branson, propietario del grupo Virgin y, de momento, el primer operador comercial de vuelos suborbitales. Bautizado Virgin Galactic, el servicio pretende convertir a unos 3.000 viajeros en astronautas en el primer quinquenio de operación, a partir de 2007. "Hoy es un día histórico. Nos vamos al espacio", dijo ayer en Londres el carismático empresario británico.
El proyecto espacial nace como una alianza entre Virgin y Mojave Aerospace Ventures, la compañía estadounidense del ingeniero Burt Rutan y Paul Allen, cofundador de Microsoft, que ha construido SpaceShipOne. Esta nave espacial fue la primera privada que alcanzó, el pasado 21 de junio, los 100 kilómetros de altura, a partir de la cual la NASA considera que se alcanza la categoría de astronauta. Mañana está previsto su segundo vuelo, el primero de los dos que tiene que hacer en un plazo de dos semanas para optar al Premio X Ansari, dotado con 10 millones de dólares, que recaerá en el primer equipo que sea capaz de enviar dos veces seguidas un avión espacial con capacidad para tres pasajeros a una altura de 100 kilómetros. El 4 de octubre era la fecha anunciada por otro equipo, el canadiense Da Vinci, para su primer vuelo de prueba, pero se ha aplazado.
Del resultado de estas pruebas dependen los planes de Branson, que pretende que la tecnología del SpaceShipOne se aplique a la construcción, en una fase inicial, de cinco aparatos espaciales capaces de alcanzar los 130 kilómetros de altura, con base en EE UU. El acuerdo garantiza una inversión de Virgin de unos 100 millones de dólares, según indicó Branson al anunciar su nueva y excéntrica aventura en la sede en Londres de la Real Sociedad Aeronáutica.
"Confiamos en convertir en realidad el sueño de contemplar desde las alturas la majestuosa belleza de nuestro planeta, las estrellas en toda su gloria y experimentar la alucinante sensación de la ingravidez", prometió. Fanático de los altos vuelos, Branson regenta una compañía de aviación y es, además, un asiduo viajero en cruceros en globo. "Yo también sueño con ver la belleza del planeta y poder apreciar que nuestro universo forma parte de algo mucho más grande", anunció ayer.-
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