El Depor consolida su juego gastronómico
PLAYA CLUB, vistas al arenal de Riazor en el restaurante del equipo de fútbol de A Coruña
Hasta cierto punto puede considerarse razonable que un club de fútbol explote un restaurante abierto al público. Lo que resulta mucho más insólito es que la comida sea buena y que su nivel culinario esté por encima de la media. Desde que hace tres años el Deportivo de La Coruña se hizo cargo de este restaurante y de la cafetería anexa, quedó en evidencia que Lendoiro, su presidente, también pretendía triunfar en el aspecto gastronómico. Primero fichó al gallego Javier Rodríguez, que acabaría ganando el campeonato de España de jóvenes cocineros. Cuando hace un año éste abandonó su puesto, eligió como sustituto al donostiarra Mikel Odriozola, que después de varias temporadas en el restaurante Zuberoa y de realizar prácticas en otro de Japón, en Arzak y en El Bulli, a sus 29 años posee una técnica apreciable.
PLAYA CLUB
Andén de Riazor, s/n. A Coruña. Teléfono 981 25 71 28. Precio: entre 40 y 60 euros por persona. Menú degustación, 36 euros. Menú de la casa, 22 euros. Huevo escalfado con patata ahumada, 9 euros. Bacalao dos texturas, 15,50 euros. Carrilleras glaseadas con crema de patatas, 12 euros. Tarta caliente de manzana con helado, 4,25 euros.
Pan ... 7
Café ... 8
Bodega ... 7
Servicio ... 6,5
Ambiente ... 7
Aseos ... 6,5
Sabores nítidos
Playa Club es un restaurante recoleto, mal decorado y peor iluminado, con vistas privilegiadas sobre la playa de Riazor y el litoral aledaño. Un lugar donde se ofrecen recetas sencillas, de sabores nítidos, que respetan el producto y no lo enmascaran con aderezos barrocos. En suma, cocina gratificante y apacible, que no asume riesgos, no se identifica con unas raíces concretas y se elabora con materias primas de calidad incuestionable.
Los platos de Odriozola no son gallegos, ni vascos, ni mediterráneos, ni asiáticos, aunque incorporen detalles distantes. El equilibrio de sus composiciones queda en evidencia en sus entrantes. Suculentas las anchoas frescas con pimientos sobre pan de brona (maíz); sabroso el huevo escalfado sobre patatas ahumadas, en el que desentona el exceso de acidez del rollito de chorizo; muy fina la sopa de tomate (gazpacho) sobre tropezones de moluscos, y agradable el tronco de cigala frito enrollado en pasta kataifi (fideos finos), fritura que agradecería un aceite renovado.
En esa línea de cautelosa modernidad se mueven los segundos. No admite reparos la lubina al aceite de vainilla, y resultan muy conseguidas las carrilleras con crema de patata, así como el cochinillo asado, de corteza crujiente y carne suave.
Detalles de sensibilidad
El servicio pone interés a pesar de algunos gestos de inexperiencia; el pan está bien, y el café, de origen peruano, es bastante bueno. A estos detalles de sensibilidad se suman unos precios sensatos que corroboran la inteligencia que preside la gestión de la casa.
UNA BODEGA EQUILIBRADA
PLAYA CLUB es un minicomplejo, situado frente al estadio de Riazor, que integran el restaurante y la cafetería anexa. Dos locales desde los que se disfruta de impresionantes vistas panorámicas. Para comer o cenar se puede optar por alguno de sus dos menús. El denominado degustación (36 euros), que cambia a diario, incluye un aperitivo, tres entrantes y un plato importante, además del postre. El menú de la casa (22 euros, IVA aparte), un primer plato y un segundo, además de helado o sorbete y media botella de rioja crianza. Los postres, que no son lo mejor de su oferta, tienen cierta gracia. Algunos (tarta caliente de manzana, pastel vasco) deben encargarse al principio del almuerzo. Otros, como el buñuelo relleno de chocolate (bombón de licor), así como la espuma de yogur con helado, pasan sin pena ni gloria.Un aspecto que merece destacarse es su bodega, no muy extensa, pero equilibrada. Contiene vinos de distintas denominaciones de origen, entre los que figuran los mejores, los últimos en el candelero y aquellos que presentan una encomiable relación calidad / precio. Faltan algunos, lógicamente, porque la casa no pretende hacer una lista exhaustiva. La relación se enriquece con un surtido de medias botellas y otro de magnums a precios contenidos. Para concluir, un listado de vinos dulces. La oferta de la cafetería la compone un surtido de platos combinados, bocadillos, tapas y raciones, incluidas tortillas españolas y hamburguesas completas.
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