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Reportaje:

En nombre de los niños

Alumnos de Llucena no acuden a clase como protesta por el obligatorio traslado de los estudiantes de ESO a L'Alcora

María Fabra

Llucena es una población con alrededor de 2.000 habitantes y más de cien niños entre Primero de Primaria y Segundo de Secundaria. De ellos, 20 deberían estar matriculados en el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Pero no lo están. Hoy es el duodécimo día, para unos, y sexto, para otros, que deberían haber acudido a clase, en el Colegio Público Condesa de Llucena y en el Instituto Ximen de Urrea de L'Alcora. Pero sus mesas permanecen vacías. La asociación de Madres y Padres de Alumnos de Llucena anunció, antes de que comenzara el curso escolar, que los niños no acudirían a las aulas como medida de protesta por el desplazamiento de 14 kilómetros plagado de curvas al que la Consejería de Educación obliga, a los menores de 12 a 14 años, a causa de la ausencia de una extensión de Secundaria en su propio municipio. Así se ha cumplido. Los 113 alumnos permanecen en sus casas.

En nombre de los niños, el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, ha exigido que no se ponga a los alumnos en el foco de un conflicto que protagonizan. En nombre de los niños, los padres aseguran que, además del derecho a la educación, los menores tiene otros derechos como el de su calidad de vida.

De momento, la solución está a mucha más distancia, incluso, de la que separa a los niños del centro que oficialmente les corresponde.

Así, los niños no han comenzado el curso escolar, algunos de ellos ni siquiera están matriculados y sólo tienen una fecha marcada, la del día 29, cuando acudirán a la capital de La Plana para manifestarse frente a la delegación de la Consejería de Educación y hacer sonar sus protestas.

Mientras, los padres, sobre todo los trabajadores y los de los más pequeños, han tenido que prolongar sus soluciones para el cuidado y vigilancia de ese más de un centenar de niños que no ven fin a unas extrañas vacaciones. Se están organizando clases particulares, de repaso y un servicio semejante a la guardería, ya que los alumnos de infantil tampoco acuden a clase.

En nombre de los niños, hablan los propios niños. Por ejemplo, Andrea, que debería haber comenzado Primero de ESO y considera que su edad es muy temprana para realizar un traslado como al que la quieren someter. Además tiene clarísimo, y no sólo porque se lo hayan dicho, que estaría mucho mejor en las aulas del centro de su pueblo que en los barracones instalados en el instituto de L'Alcora. Y es que ése es otro de los problemas ya que, pese a la apertura de un nuevo instituto, el Ximen de Urrea es uno de los centros en los que se imparten clases en aulas prefabricadas. Paula, que debería estar cursando Segundo de ESO, también considera lógico y más racional quedarse en Llucena que "bajar" a L'Alcora para entrar en un barracón. "En mi caso sería sólo un año", dice, "pero piensa en los que llegarán detrás".

Ésta no es la primera vez que los padres de alumnos y los propios niños se declaran en huelga en la provincia de Castellón. El año pasado, la asociación de madres y padres de Atzeneta también levantó la voz. Pese a las regañinas de la Generalitat, se mantuvieron firmes y lograron que se aprobara su reivindicación. En aquella ocasión, incluso, la Corporación municipal dimitió en pleno en solidaridad con los padres.

Font de Mora aseguró que las circunstancias de uno y otro caso no son comparables porque en Atzeneta había más alumnos. La secretaria del AMPA de Llucena, Belén Igual, le precisó: "Actualmente en Atzeneta hay 22 alumnos, sólo dos más de los que hay en Llucena y en Villahermosa del Río sólo son 7 y sí que se les imparte allí el primer ciclo de ESO". "La Consejería debería tener un único criterio y aplicarlo igual a todos los centros", añadió.

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