La manipulación de la vida
La nueva edición de 'Los Sims' ofrece una presentación mejorada y el paso del tiempo como novedad para intentar repetir el éxito de su antecesor
Miles de mujeres estaban esperando la segunda parte de Los Sims. Es el primer éxito de ventas gracias a los gustos femeninos en el sector de los videojuegos: 8 de cada 10 copias han sido adquiridas por mujeres. Maxis y EA no tienen competencia en este segmento y la segunda parte no va a hacer más que engrosar sus ya abultadas cuentas de beneficios. La versión multijugador en red no funcionó cómo se esperaba, pero en la recámara estaba este Los Sims 2 -como ahora lo está Los Urbz, la versión de Los Sims pero con la acción en una bulliciosa ciudad, previsto para noviembre en consolas- dispuesto a complacer las demandas de todas sus seguidoras.
El objetivo sigue siendo el mismo de Los Sims 1, conseguir que la vida de una familia transcurra a nuestro gusto. Aquí nadie gana. No hay que conseguir ser más rico que el vecino, ni una piscina más grande o un aumento de sueldo para pagar la televisión de plasma. Mientras los sims no se mueran de hambre, pena o asco, cada cual puede vivir como le dé la gana hasta que la vejez le lleve a la tumba. Sí, de viejo, porque ésta es la clave de la segunda entrega. El tiempo no pasa en vano para los sims y si se quiere seguir jugando tras la muerte natural del primer personaje no se puede perder tiempo y hay que tener descendencia cueste lo que cueste, incluso adoptándola. ¿Será éste el verdadero sentido de la vida?
Los Sims 2
Desarrolla: Maxis
Distribuye: Electronic Arts
Plataforma: Windows
Género: Estrategia
Edad recomendado: Todos los públicos
Precio: 60 euros
Internet: www.thesims.com
El primer paso es crear el personaje que se controlará inicialmente. Aquí Maxis se ha explayado incluyendo mejoras. Se puede tardar casi una hora en diseñarlo. Ahora, además del sexo y el color de piel, se puede elegir la constitución corporal, desde anoréxicos a obesos, pasando por toda una gama de culones, tetonas y demás formaciones poco agraciadas. Incluso se le puede estirar la nariz y mover ojos y orejas para conseguir la cara deseada.
La construcción del hogar incorpora la posibilidad de emplazarla sobre una plataforma para hacer accesos con escaleras, y una herramienta para facilitar el pintado de las paredes con el mismo estilo. El mobiliario también se personaliza. Se elige la cama, pero también el cabezal, el somier y hasta el edredón. Si algo se ha hecho, ha sido escuchar y aplicar las peticiones en los foros de los admiradores.
El entorno tridimensional permite ahora mover la cámara y tener una percepción de conjunto más natural que en la primera entrega. El control se sigue realizando con menús contextuales sobre personas u objetos con el ratón. En esta edición se han implementado de serie algunas de las opciones que se añadieron a Los Sims mediante la retahíla de expansiones, como las inherentes a las relaciones con otros personajes. Otras, como las mascotas, la carrera como estrella musical o pasar unas vacaciones paradisíacas no se han incluido, con lo que es previsible que pronto aparezcan como expansiones para esta segunda parte.
Fin de semana libre
Jugando se perciben cambios importantes. Existen los fines de semana, tiempo en el que el sim no trabaja y se dedica al ocio, como invitar a comer a los amigos. El menú será más variado, ya que además de aprender a cocinar ahora se pueden mejorar las artes culinarias con variadas recetas. Los hijos llegan tras una apasionada relación y, al principio, como bebés que son, no saben hacer nada. Con el tiempo andarán, hablarán, nadarán y tendrán que quedarse en casa del abuelo si los padres trabajan.
Los adolescentes con familias boyantes podrán independizarse si se construye una nueva casa para ellos, y los que no, en el hogar hasta los 30. Se puede vivir en pareja sin estar casado y a lo único que se ha puesto freno ha sido a las relaciones incestuosas por aquello de la perpetuación de la especie. Con todo este abanico de problemas alguien podría preguntarse que dónde está la gracia. Pero, en el caso de Los Sims 2, la gracia es la vida. Una experiencia terriblemente adictiva.
Will Wright, el dios de los sims
Will Wright cambió la historia de los videojuegos con sus sims, unos personajes que no pegan tiros ni buscan una medalla de oro. El juego de Wright consiste en recrear la vida y las relaciones personales.
Cuatro años después de su primer Sims, Wright da una vuelta de tuerca para que los fans del juego elijan la cara del personaje, pero también sus sentimientos y sus relaciones con otros miembros de la familia. Su comportamiento lo arrastrará a lo largo de su vida y afectará a la convivencia con el resto de personajes. A todos les irán saliendo manías, arrugas y achaques hasta que, finalmente, Will Wright los tendrá en su gloria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.