_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Supervivientes

El director de cine Oliver Stone admira a Fidel Castro, porque es un superviviente, sin embargo cree que George Bush pasará a la historia como uno de los grandes malos, porque ha incendiado el mundo. El lenguaje de Oliver Stone es un lenguaje icónico; el lenguaje de Fidel Castro es una verbosidad imparable; el lenguaje de Bush es un exterminio que no cesa. Oliver Stone mira; Fidel Castro agota; Bush aniquila. Son tres formas de expresar la realidad: desde la imagen, desde la palabra; desde el encarnizamiento. Tú recuerdas cuando el comandante te concedió una audiencia que nunca llegó a celebrarse: una tormenta tropical o no recuerdas bien qué meteoro lo impidió. Un día antes, lo escuchaste por una TV de La Habana; no mucho después, te llamó la secretaria de asuntos culturales de Fidel, y te comunicó: Compañero, el comandante no te puede recibir mañana, ya sabes lo que se nos echa encima, y él estará al frente de las operaciones. Si te parece, la semana que viene. Pero tenías el pasaje cerrado, para el domingo, y se lo dijiste: cuando vuelva; está bien, cuando vueltas, te respondió. Llegó el huracán, bajaste por la rampa desde el hotel hasta cerca del malecón ya inundado, con un grupo de escritores y periodistas. Llevabais los pantalones hasta las rodillas, a la altura de la Casa de las Américas, y la policía que, hasta entonces había sido benévola, os prohibió seguir adelante. Es arriesgado, argumentó. Y lo era. De pronto, uno de tus anfitriones gritó: Mira, por allí va el comandante. Miraste y apenas si pudiste ver, sobre un bote, una figura alta y difuminada por la lluvia: pero tuviste la revelación de un superviviente a bordo de una balsa de resistencia y sacrificio, pero fuera del alcance de los depredadores de Miami y Washington. Fue tu personal Looking for Fidel. Pero ese Looking debería ampliarlo el cineasta a los saharauis, a los iraquíes, a los trabajadores de los astilleros del Grupo Izar, que se hunden porque carecen de barcos, a los explotados y hambrientos del mundo A todos los supervivientes de la depravación moral del poder.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_