La redacción de 'Le Figaro' vota contra las consignas de su dueño

La Sociedad de Redactores del diario francés Le Figaro votó ayer una moción en la que expresa su "alarma" por las manifestaciones del constructor aeronáutico Serge Dassault, que desde la primavera pasada es el nuevo dueño de la sociedad editora. Éste último exige a los periodistas que tengan mucho cuidado con lo que escriben, sobre todo cuando se refieren a contratos en curso de negociación. En la votación de ayer participó el 85% de los periodistas de Le Figaro y, de ellos, 376 (el 93% de los votos expresados) se pronunciaron a favor de la moción "de respuesta" al propietario.

El malestar comenzó con la retirada de determinadas informaciones del periódico, pero la iniciativa de presentar esta moción se debe a unas palabras dirigidas por Dassault a la Redacción, el 30 de agosto pasado, poniéndoles en guardia. "Hay informaciones que hacen más daño que bien", les dijo. "El riesgo es el de poner en peligro intereses comerciales o industriales de nuestro país", añadió el dueño de La Figaro, según han informado otros medios informativos franceses, sin comentario alguno por parte de Dassault.

A juicio de los periodistas de Le Figaro, tales palabras cuestionan su independencia y libertad y están en contradicción con los textos que regulan el ejercicio de la profesión periodística. "Le Figaro no puede transformarse, en ningún caso, en un periódico militante", afirma la moción, que emplaza al nuevo director, Jean de Belot, a defender una línea de independencia. Las redacciones de las publicaciones semanales vinculadas al diario también votaron la misma moción, si bien con niveles de participación inferior.

Serge Dassault controla el grupo Socpresse, editor de La Figaro, de la revista L´ Express, de varios diarios regionales y de otras muchas publicaciones. Al mismo tiempo, sigue siendo un industrial que depende en gran parte de los contratos con el Estado y milita en la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido político en el poder. En la actualidad, su empresa aeronáutica negocia la venta al Estado francés de medio centenar de aviones de combate.