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Entrevista:JUAN IGNACIO PÉREZ | Rector de la Universidad del País Vasco | Universidad

"La UPV nunca ha estado bien financiada"

El rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez (Salamanca, 1960), encara su primer curso al frente de la universidad pública con tantos planes como retos. Uno de los principales, por no decir el más relevante, continúa siendo la solución a la penuria económica que lastra el quehacer de docentes, investigadores y estudiantes. Según Pérez, la comunicación y el trabajo con el Gobierno vasco, toda vez que las anteriores tensiones parecen haberse diluido, para la búsqueda de un arreglo son constantes. Sin embargo, habrá que esperar aún para conocer el remedio a sus males financieros, algo que al rector le gustaría que se produjera antes del fin de este año. No obstante, un tono de cautela, rayano en el escepticismo, marca sus palabras cuando recuerda que las verdaderas dificultades van más allá de la mera coyuntura. "La UPV nunca ha estado bien financiada", sentencia.

En el peor de los casos, la investigación en la UPV es estrictamente proporcional a los medios que se dedican
Algunas cuestiones con el Departamento de Educación se han ido desatascando. Más allá no voy a ir

Pregunta. ¿Con qué expectativas arranca su primer curso como rector de la UPV?

Respuesta. Va a ser un curso muy interesante. Por un lado, se va a clarificar de manera definitiva la forma en la que se aborde la incorporación al Espacio Europeo de Educación Superior. La ministra me dijo que para febrero probablemente estarán aprobados los decretos para los títulos de grado y postgrado. La aclaración definitiva llegará cuando se apruebe el catálogo de títulos. Eso va a suponer una reforma de gran calado. De cara al interior, ha llegado un equipo nuevo al gobierno de la universidad y lo que espero es que podamos poner en marcha nuestros proyectos y que no nos limitemos a gestionar el día a día.

P. ¿Cuáles son esos proyectos o prioridades?

R. Por ejemplo, la posible creación de un observatorio del mercado laboral para universitarios, otras medidas para acercarlos al mercado laboral, orientación... ahí hay un campo de trabajo. Queremos disponer de la plantilla teórica de profesores y Personal de Administración y Servicios (PAS) para empezar a poder hacer políticas de personal, políticas en la línea de lo que nos comprometimos en el programa electoral, por ejemplo, de establecer sistemas de compensación de carga docente por actividad investigadora, de rebajar la actividad docente conforme se va acercando la edad de jubilación con el fin de que permita la incorporación de jóvenes... proyectos hay muchos.

P. El año pasado, el entonces rector, Manuel Montero, inauguró el curso académico con un discurso en el que tildó de cicatera la actitud del Gobierno vasco con la UPV. ¿Cómo la calificaría usted ahora?

R. No estoy en condiciones de calificarla porque estamos en contacto permanente resolviendo cuestiones. En lo que es lo básico de la financiación, estamos llegando a algún acuerdo, pero es que eran cuestiones de respirar... Digamos que aunque los problemas de mayor envergadura subsisten, estamos trabajando. No hay aislamiento, hay comunicación. Cuando se trabaja, antes o después se obtienen resultados, pero de momento no puedo concretar demasiado.

P. ¿Le habría gustado poder concretar?

R. Sí, pero objetivamente era muy difícil porque hay grandes escollos. De todas formas, tengo la sensación de que nos fijamos demasiado en los problemas coyunturales pero no reparamos en otro hecho que incluso tiene más importancia que éste. De siempre he pensado que la UPV tiene un déficit de financiación estructural. Para mí, el problema aquí tiene más componente de carácter crónico que coyuntural. Por ejemplo, que yo, como catedrático de Fisiología, me dedique a impartir prácticas no está mal, pero igual empieza a estar mal cuando repito esa práctica 25 veces y eso lo puede hacer un ayudante. Está peor si además tengo que dedicar mi tiempo, en lugar de a escribir artículos de investigación, a fregar los utensilios que han utilizado mis alumnos. Otro ejemplo. Si mañana se me cae un pedazo de la plataforma del campus de Leioa, y eso puede ocurrir cualquier día, no será porque este año no hay dinero, sino porque esa plataforma ha estado sin mantenimiento durante años y años.

P. ¿La solución vendría por el anhelado marco estable de financiación?

R. Tendría que encontrar un camino a través de ese marco, pero tampoco sé en qué consistiría. La UPV requiere dos vías de financiación: una que nos tiene que garantizar una existencia digna, y luego tiene que haber una vía importante, no pequeña, que responda a un compromiso por parte de la UPV para alcanzar determinados parámetros cuantificables.

P. Ahora al menos las buenas palabras han sustituido al enfrentamiento dialéctico. ¿Esas buenas palabras se han correspondido con hechos?

R. Hombre, algunas cuestiones se han ido desatascando. Más allá no voy a ir.

P. ¿Cuándo le gustaría que se solventaran esas dificultades?

R. Al acabar este año, el 2004. No voy a decir que esté todo resuelto, pero sí al menos en vías de solución.

P. ¿Lo ve factible?

R. Factible sí es, pero no puedo poner la mano en el fuego de que sea así.

P. ¿Las tensiones entre la UPV y el Departamento de Educación han desaparecido?

R. Bueno, no sé. Yo no me encuentro en tensión y creo que la UPV no está en tensión. Al hilo de la tensión y de los problemas crónicos, el Departamento ha podido sentir que todos los problemas de la UPV se le han achacado a su equipo. Creo que en ello hay una cierta dosis de injusticia. La UPV nunca ha estado bien financiada. Y han pasado muchos consejeros de Educación. Ha podido estar mejor o peor, pero bien, nunca. A partir de ahí, si vienen mal dadas, es que vienen muy mal dadas.

P. Otro de los grandes temas pendientes en el apartado económico con el Gobierno vasco es el de los complementos de productividad del profesorado. ¿En qué situación se halla este asunto?

R. Es uno de esos problemas que requiere trabajar en profundidad.

P. El ex rector Pello Salaburu, de cuyo equipo formó parte, ha protagonizado este verano un debate con profesores de Deusto acerca del grado de protagonismo de la UPV en la investigación vasca. ¿Qué opinión le merece?

R. Éste es un asunto importante y delicado. En un país como éste, cada una de las tres universidades cumple un papel con sus virtudes y sus defectos. Creo que además debe existir, como es el caso, una relación de respeto y de mutua lealtad. No voy a ser yo el que entre a establecer comparaciones de ninguna naturaleza entre una y otra. Pero lo que no es de recibo es que se establezcan estas comparaciones en otros ámbitos, sobre todo cuando quizá esas comparaciones no tienen la base que deberían tener.

P. No sólo Salaburu. Fernando Cossío, ex vicerrector de Investigación, se preguntaba en un artículo reciente si puede haber universidades de primera con investigación de tercera, y el panorama que dibujaba en la UPV al respecto no era muy alentador. ¿Qué piensa hacer al respecto?

R. El artículo es un ejercicio de autocrítica muy interesante y que tiene mucho valor. Pero también creo que está presidido hasta cierto punto por un exceso de rigor, por el hecho de que Cossío es un magnífico investigador, y no le estoy dando ningún jabón. A veces ocurre que cuando eres un magnífico investigador te gustaría que todos fueran un magnífico investigador como tú. Si la UPV estuviera compuesta por 4.000 Fernandos Cossíos, seríamos la mejor universidad de Europa y una de las mejores del mundo. Eso es lo que él de alguna forma demanda.

P. ¿Cómo calificaría entonces la investigación en la UPV?

R. En el peor de los casos, es estrictamente proporcional a los medios que se dedican a la investigación en la UPV. En el peor de los casos, pero creo que es mejor que eso.

P. En el aspecto político, ¿en qué medida puede afectar al funcionamiento de la UPV la suspensión cautelar de parte del articulado de la Ley Vasca de Universidades?

R. Creo que poco. En el caso de los profesores asociados no doctores a tiempo completo, que era uno de los grupos afectados por esta medida, el ministerio ha decretado una prórroga sobre su situación hasta 2008.

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