Rafael Carralero lleva a sus paisajes el paso del tiempo

El pintor Rafael Carralero (Cacabelos, León, 1949) presentó ayer, en la Fundación Carlos de Amberes, de Madrid (Claudio Coello, 99; www.camberes.org; hasta el 31 de octubre), una retrospectiva de los últimos 25 años con el título de Metamorfosis, que recoge bodegones y paisajes. "Soy un pintor que narra y los cuadros cuentan cómo pasa el tiempo", declaró el artista.

Tras su paso por Lisboa y Valladolid llega a la capilla de la Real Diputación San Andrés de los Flamencos la exposición de Rafael Carralero, catedrático de pintura de la Universidad de Salamanca, donde ha sido reelegido decano de la Facultad de Bellas Artes, patrocinada por Caja Duero.

El comisario, Juan Bautista Peiró, catedrático y director del departamento de pintura de la Universidad Politécnica de Valencia, ha reunido tres líneas de la obra pictórica en series de bodegones "a la ventana", metamorfosis y paisajes, "en las que se aprecia el paso de la fuerza muy gestual y cromática de finales de los ochenta a los paisajes de los últimos años donde retoma un tratamiento más abstracto". Añade que su pintura es como "una ventana abierta al mundo" y una reflexión de pintor, al cubrir y descubrir las superficies pintadas. También aparecen dos autorretratos, con influencias declaradas de Van Gogh y Munch.

Memoria

Las tres series expuestas surgen, según Rafael Carralero, "desde la mirada al natural y desde el paisaje". El artista señala que los bodegones de interiores son flores traídas del campo. "Es como meter el campo dentro de la casa y en la propia vida". La memoria y el paisaje, desde el Bierzo inicial al campo salmantino actual, aparecen en sus pinturas. "Los recuerdos me hacen trabajar. Vivo con el pasado, me parece tan real, lo conozco y lo evoco. El campo es lo más interesante, las metamorfosis de árboles y piedras. En el fondo, los cuadros son como sujetar las cosas, ya que el pasado va con nosotros. La obra es reflexión y surge del silencio, del paso del tiempo. El sentido de la vida está en todas las cosas. No sé si lo que hay en los cuadros es color o luz, la luz que baña los árboles y los cielos".

El pintor admite que en su trabajo hay un toque de romanticismo, con una manera de contar en el propio trabajo de los pinceles al extender la pintura sobre la tabla, "una manera de contar las cosas que están pasando, un intento de coherencia, reflejo de lo que vamos sintiendo". "Hay momentos de energía, de rotundidad, una pintura de fuerza, pero también hay momentos para la delicadeza, con una carga de subjetividad sobre el entorno".

El catálogo descubre a través de fotografías el mundo del pintor, la casa en el campo, los árboles nevados, los modelos para los bodegones, que ilustran los textos de los críticos Juan Bautista Peiró, Juan Manuel Bonet y Román de la Calle y del poeta Antonio Gamoneda.