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LA CAPITAL ENTIERRA LA M-30

El municipio derribará un bloque de casas centenarias junto a Pirámides

El Consistorio tapia las viviendas conforme los vecinos dejan los pisos

Antonio Jiménez Barca

La construyeron cuando el siglo XX comenzaba. Tienen previsto derribarla casi cien años después. Sus últimos moradores, personas mayores e inmigrantes, se preparan, poco a poco, para abandonarla. El Ayuntamiento de Madrid ha decidido derribar una enorme vivienda de ladrillo situada en las riberas de la M-30, en el número 4 de la glorieta de Pirámides. Bajo sus cimientos pasará uno de los túneles de la autovía de circunvalación ya soterrada.

A la citada casa de vecinos le queda muy poca vida. Edificada hace más de cien años, y en la actualidad de propiedad municipal, sólo cinco familias viven en ella. El resto de los ocupantes la ha ido dejando en los últimos años, rumbo a un piso procurado por la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV). Cada vez que un nuevo vecino abandona la finca, los funcionarios del Ayuntamiento tapian las ventanas y sellan las puertas. De ahí el aspecto algo carcelario que luce la construcción. El objetivo de blindar el edificio está claro: que no se instalen okupas en los pisos vacíos que entorpezcan el proceso urbanístico que conduce, indefectiblemente, al derribo del inmueble.

El Plan General de Ordenación Urbana, aprobado por el Ayuntamiento en 1997, especificó que la zona donde se asienta el inmueble está dentro de una zona verde. Esto condenó al bloque de pisos. Un guardia de seguridad, pagado por el municipio, se encarga de no dejar que nadie, excepto vecinos y parientes, acceda a la finca. También por miedo a los okupas.

Uno de los vecinos que aún quedan, Guillermo Ballón, de 51 años y de origen peruano, asegura que dentro de unas semanas se irá a un piso de la EMV en el barrio de Tribunal. "Y lo mismo ocurrirá con los otros cuatro vecinos que quedan. Pronto se irán y derribarán esto. A mí me da algo de pena porque el edificio está bien", dice. La zona sobre la que se asienta la construcción también cambiará en poco tiempo. A un paso del Puente de Toledo y de la M-30, en diciembre comenzará, si se cumplen los plazos del Ayuntamiento, la reforma integral de esta vía. Antes del verano de 2007, la M-30, por esta parte de la ciudad, circulará bajo tierra y toda la zona será una "alfombra vegetal", como le gusta decir al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Pocos reconocerán entonces esta parte de la ciudad. Además, para esa fecha el edificio de la foto habrá desaparecido.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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