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Valenciano y eurorregión

En el País Valenciano hemos visto el escándalo que se ha montado con el tema de la eurorregión mediterránea propuesta inicialmente por Maragall y rechazada airadamente por el Presidente del Consell Francisco Camps y todo el Partido Popular. Asimismo, el Ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha hecho saltar todas las alarmas al sorprendernos con una propuesta desatinada y desacertada que pretende incluir el valenciano como lengua oficial de la Unión Europea de forma diferenciada del catalán.

Al señor Moratinos, si no conoce la problemática lingüística de los países de la antigua Corona de Aragón (como insinúa cuando afirma que no es filólogo) le pedimos que se informe, que le informen adecuadamente. Si por casualidad estuviera informado le exigimos respeto a nuestra lengua y cultura, y ¿por qué no decirlo? respeto también a su partido y a la izquierda en general a quien ha metido a los pies de los caballos.

Evidentemente los valencianos queremos que nuestra lengua propia tenga carácter oficial en la Unión Europea. Es más, a la Unión Europea le exigimos una mayor sensibilidad y apoyo a las lenguas y culturas que no tienen estado propio como la nuestra. Su poco interés por las lenguas sin estado es una de las causas que nos hacen tener una visión negativa del proyecto de constitución europea que pronto vamos a votar en referéndum.

Pero la presencia del valenciano en Europa no puede suponer (tal como el Partido Popular valenciano aplaude y Moratinos induce) dar un paso más en la segregación del valenciano respecto al conjunto de dialectos que conforman el catalán que se habla en las comunidades autónomas de la antigua Corona de Aragón. Tenemos alguna experiencia en este sentido. La Constitución española fue traducida al valenciano de forma diferenciada al catalán. Los dos textos son tan parecidos que sólo expertos son capaces de percibir las diferencias. Tan parecidos que demuestran la incongruencia de los planteamientos segregacionistas. Algo parecido sin duda veremos pronto en la traducción del proyecto de Constitución Europea al valenciano de forma diferenciada del catalán.

El proyecto de eurorregión que propugna Maragall, además de ser útil para conseguir ayudas europeas que a partir del 2007 veremos disminuir drásticamente, además de ayudar al diseño y articulación de infraestructuras de transporte comunes o de conexión con Europa, además de ayudar a salir del aislamiento a nuestra Comunidad cada vez más enfrentada con las comunidades autónomas vecinas, puede ser un instrumento para dar una salida razonable salida a la presencia del valenciano en el exterior respetando la unidad lingüística con el catalán.

La lengua que hoy se llama catalán en todo el mundo también lo hablamos los valencianos, mallorquines, andorranos habitantes de la franja etcétera. Su presencia en Europa y en el exterior no puede ser gestionada de forma unilateral por Cataluña. Los valencianos que hablamos la misma lengua que Cataluña aunque tenemos una variante dialectal distinta que queremos defender y cuidar, también queremos participar en igualdad de condiciones en la proyección de nuestra lengua en el exterior. Es imprescindible buscar un marco de acuerdo en el que todos quepamos sin privilegios ni discriminaciones y con la voluntad de defender la rica variedad dialectal de nuestra lengua. El catalán que se proyecte al exterior ha de ser algo más que el barceloní, ha de comprender a todas las variantes. Entre otros muchos motivos para defender la riqueza y pluralidad de nuestra lengua.

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La eurorregión podría ser el marco adecuado para resolver estos problemas de presencia de nuestra lengua en Europa y en el exterior. Un marco que permita espacios de colaboración en temas de lengua, cultura y comunicación. Evidentemente esto tiene que darse en condiciones de igualdad entre los distintos territorios que hablamos la misma lengua. Igualdad que los valencianos, para convencer y vencer al secesionismo aquí imperante en la derecha, necesitamos que se plasme con elementos muy claros y visibles incluida, si fuera necesario, el de la misma denominación de la lengua.

No podemos continuar así sin una comunicación ni colaboración tangible entre las distintas comunidades autónomas que hablamos la misma lengua. Ir cada uno por su lado es un derroche de recursos y es una pérdida importante de eficacia. Ir unos contra otros es un suicidio. Además de impedir acciones positivas supone no disponer de un mercado suficiente que posibilites economías de escala para la producción lingüística, cultural y comunicacional.

La euroregión puede ser un camino de salida si conseguimos que la derecha valenciana deje de considerar nuestras señas de identidad como un castillo que hay que defender de forma numantina sin ninguna relación con el resto y sin ninguna voluntad de que el valenciano salga de su menguante situación actual. Las personas que hablamos catalán, en todas sus variantes dialectales, somos muchos más que los que hablan muchas lenguas oficiales de estados de la Unión Europea. Que sea una lengua de futuro depende fundamentalmente de que las dos comunidades más importantes que lo hablamos: Cataluña y País Valenciano lleguemos a unos acuerdos mínimos. No hacerlo es trabajar para la hegemonía de las grandes lenguas mundiales, es reconocer la ley del más fuerte. Como dicen por ahí, es "trabajar para el inglés" ... y para el castellano.

Joan Ribó Canut es Síndico del Grupo Parlamentario Esquerra Unida-l'Entesa.

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