Seguridad laboral frente a la competencia asiática
Administración, partidos políticos, patronal y sindicatos se han pronunciado profusamente sobre los altercados del jueves en Elche; han condenado el uso de la violencia, han disertado sobre la crisis del sector, han analizado las causas de los disturbios e incluso han lanzado algunas propuestas para reflotar la industria zapatera.
En ninguna de esas propuestas figura un apartado que se refiera a la dignificación laboral del sector. Ayer, un grupo de empleados en precario advirtió de que la defensa de la industria del calzado sólo tiene sentido "en la medida en que se signifique el mantenimiento de los puestos de trabajo y el respeto a los derechos sociales y laborales de los trabajadores".
En un sencillo comunicado difundido ayer, la Plataforma de Aparadoras y Trabajadores en Precario de Elx asegura que nadie va a resolver sus problemas por ellos, así que llaman a los empresarios locales a que respeten los derechos laborales de los trabajadores como única vía para salvar el conflicto laboral. Aunque no hay datos oficiales, el empleo clandestino en la industria del calzado es muy elevado.
Curiosamente, una gran mayoría de los empresarios chinos de Elche cotizan a la Seguridad Social y están al corriente de sus obligaciones fiscales en España. El jueves pudo darse el caso de que empleados irregulares autóctonos atacaran a trabajadores regulares chinos. Una paradoja.
Un empresario ilicitano que pidió anonimato aseguraba ayer a este periódico que mientras algunos empresarios locales se han preocupado de producir a bajo coste, los chinos asentados en la ciudad han apostado, con un mínimo esfuerzo, por importar el producto a un precio aún más barato. "Quizá nos hemos equivocado y estén ganando la partida", admitió.
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