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Entrevista:MARIA EUGÈNIA ALEGRET | Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña

"Me resulta indiferente que me llamen conservadora, sólo intento aplicar la ley"

Maria Eugènia Alegret (Barcelona, 1956) juró anteayer el cargo de presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), creado en 1989, que anteriormente presidieron José Antonio Somalo y, durante los últimos 10 años, Guillem Vidal. Accede al cargo sin apenas otro apoyo que el de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y los 11 vocales conservadores del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que la nombraron. Y hereda una sombra muy alargada que deja la gestión de su antecesor, reconocida por diversos sectores de la sociedad.

Pregunta. ¿Ha echado en falta alguna felicitación?

Respuesta. La verdad es que no, y si hay alguna felicitación que no se ha hecho, tampoco pasa nada.

P. ¿Lo dice por el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, que la obvió por completo en el discurso que hizo?

R. Lo digo por cualquiera que no lo haya hecho.

P. ¿Cree que, de haberse aplicado el nuevo sistema de consenso que se proyecta para ciertos nombramientos judiciales, habría sido elegida?

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R. El consenso me parece bien. Lo que veo es que no se ha planteado hasta ahora, cuando durante años ha habido consejos con una adscripción de vocales muy distinta. El peligro que tiene el consenso es que se produzcan vetos a gente válida, pero que no caiga bien por cuestiones que no sean estrictamente profesionales, y que al final se designen personas con un perfil más bajo. Yo no sé si con ese sistema hubiera sido elegida. Supongo que depende de cómo se hubieran negociado los cargos.

P. En su discurso apuntó ideas autonomistas sobre la justicia que no es frecuente oír de los portavoces de la APM.

R. Existen materias que no son cuestiones ideológicas, sino de eficacia. Si los tribunales superiores asumimos más competencias y hacemos funciones más eficaces, esto no es propiedad de una asociación u otra.

P. ¿Se declara continuista de la gestión de Guillem Vidal?

R. La palabra continuista no me dice nada. Yo sé lo que quiero hacer. No me gusta mirar al pasado.

P. ¿Y en qué se notará el cambio en la presidencia?

R. Lo que me interesa es conocer muy a fondo la problemática de los juzgados. Por eso iré por los partidos judiciales para hablar con los jueces, estar con ellos y buscar soluciones. Después hay temas que no están solucionados, como el retraso en la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC, que intentaré abordar, aunque el presidente tampoco tiene una varita mágica. Y seguiré reclamando los juzgados que hagan falta

P. En su toma de posesión pidió a los jueces que aparquen sus creencias personales. ¿No cree que eso resulta muy difícil?

R. Se ha de intentar. La norma es la norma y se ha de cumplir. Hay gente que piensa que puede aplicar su forma de pensar cuando no está de acuerdo con una ley.

P. ¿Le molesta que la llamen conservadora?

R. Discutir eso me parece una batalla perdida. Me resulta indiferente porque sólo intento aplicar la ley. Los calificativos que nos dan a los jueces no son buenos, ni para nosotros ni para la imagen de la justicia. Las leyes las hacen los parlamentos y los jueces hemos de tener la disciplina democrática de aplicarlas.

P. ¿Cómo serán sus relaciones con la Generalitat?

R. La relación ha de ser correcta y de colaboración. Será todo lo buena que tenga que ser, respetando cada uno sus competencias.

P. ¿Piensa ir al Parlament cada año a rendir cuentas?

R. Sí, no tengo ningún inconveniente. De todas formas, creo que el lugar más apropiado para explicar la memoria anual es la apertura del año judicial en septiembre, aunque sea con retraso.

P. ¿Qué piensa de la Ciudad de la Justicia?

R. Es una pena que no se haya podido lograr la concentración de los edificios judiciales, que era la idea principal del proyecto. Con la dispersión, se pierde bastante la fuerza del proyecto inicial.

P. ¿Ha de modificarse el Estatut?

R. Es un debate político en el que no entro porque no me corresponde. Si el Parlament dice que se ha de modificar y lo aprueba, me parece muy bien.

Una de las primeras

Cuando en 1980 Alegret accedió a la judicatura apenas había en España una decena de mujeres jueces. Ahora son alrededor del 70% de cada promoción que sale. Entre aquella minoría de la que formó parte Alegret estaban Margarita Robles, Celsa Pico y Manuela Carmena, entre otras.

A la primera se la recuerda principalmente porque fue secretaria de Estado de Interior, pero también fue la primera presidenta de una Audiencia Provincial. En este caso, la de Barcelona. Robles sigue ejerciendo de magistrada, pero ya en el Tribunal Supremo, donde también está Celsa Pico, y sólo otra mujer más. Alegret, por su parte, es la primera presidenta de un tribunal superior de justicia, la máxima instancia judicial en la comunidad autónoma.

En su discurso de toma de posesión recordó que no forma parte de una familia de juristas, aunque su padre nunca le puso ninguna objeción. Alegret tiene 48 años y está casada con José Manuel de Soler Bigas, titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 8 de Barcelona. Él fue uno de sus padrinos cuando juró el cargo.

Tienen tres hijos varones de 19, 17 y 11 años, viven en la zona alta de Barcelona y a la nueva presidenta le encanta escaparse de fin de semana a su casa de la Cerdanya. Entre sus aficiones figura la práctica del tenis, la bicicleta y el senderismo. Su lectura preferida es la novela histórica, le gusta la música clásica porque la relaja, y sus gustos cinéfilos son Woody Allen y Akira Kurosawa.

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