_
_
_
_
FÓRUM DE BARCELONA | Observatorio
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Una civilización urbana

Un alcalde u otra autoridad municipal, un urbanista o responsable de diseñar cómo debe ser la ciudad, deciden que la suya necesita elementos que la hagan distinta de todas las demás, que la identifiquen. Para ello, llaman a un arquitecto de moda y le encargan un proyecto grande. El arquitecto propone y el alcalde dispone. Al final, lo que empezó siendo una idea para distinguir, acaba siendo, probablemente, todo lo contrario. Unos cuantos despachos de arquitectos y urbanistas están convirtiendo las ciudades del mundo en sus laboratorios de trabajo, y no hay nada más anodino y aséptico que un laboratorio. Estos días se debate sobre ello en varios de los diálogos de más calado. Y es coherente, pues el urbanismo está en el origen del Fórum, inexorablemente. Además, la reflexión sobre las ciudades es clave para el futuro de la humanidad. La población mundial urbana ha pasado del 2% en 1800 al 50%, con una tendencia imparable al alza. Pocos gobiernos se plantean como prioridad frenar este proceso y favorecer un reequilibrio que sería más sostenible y más equitativo. La ciudad ofrece, hoy por hoy, unas oportunidades de formación, de trabajo o de ocio que no existen en otros lugares.

El actual modelo de desarrollo recupera para las ciudades el protagonismo de la polis griega o de algunas ciudades-Estado del Renacimiento, aunque no siempre para bien. Tokio tiene 40 millones de habitantes, México y Seúl, 22 millones, y el fenómeno irá a más. Nuestra civilización es eminentemente urbana. En el Tercer Mundo resulta cada vez más difícil vislumbrar soluciones viables; allí, las ciudades son gigantescos problemas. Aquí, todavía es posible trabajar sobre proyectos, revisar, buscar y definir modelos. Es un lujo al que no podemos renunciar. Está bien que discutan los expertos y que la ciudadanía exija participar. Y, mientras tanto, vivan y convivan, disfruten la ciudad. Sean felices en ella.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_