Álex de la Iglesia lleva a Toronto su comedia más enloquecida

A Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965 ) se le ve con ganas de hacer reír. No lo niega. Y qué mejor que reírse de sí mismo y de sus propias paranoias. El camino elegido para hacerlo se llama Crimen ferpecto, una comedia enloquecida, de humor negro, bien alejada de lo políticamente correcto, situada en unos grandes almacenes, esos espacios ordenados, perfectos, con exquisitas fragancias, llenos de seductoras chicas guapas, donde se venden "sueños inhumanos". Crimen ferpecto, protagonizada por Guillermo Toledo y Mónica Cervera -"una pareja explosiva", según su director-, se presenta mañana en el Festival de Cine de Toronto, antes de su estreno en España el próximo 22 de octubre.

"Hay que reconocer y asumir nuestras imperfecciones. Cada vez exigen más la perfección, física, moral. Hay la sensación de que todo lo que nos rodea nos define, si no tenemos un coche fantástico somos una mierda, si nuestros hijos no son adorables o no tenemos una mujer o un marido perfecto no valemos para nada, y así todo... Esto genera una locura en la gente al ver que no puede cumplir con todos estos deseos. No todos podemos ser encantadores, los que somos malas personas también tenemos un hueco. Nadie vive en un anuncio, nadie vive en un mundo perfecto. Éste puede ser el mensaje de la película", asegura De la Iglesia, momentos antes de reunirse en un almuerzo con todos los miembros de Crimen ferpecto para rodar parte del making-off.

La ambición, la codicia, el consumismo, los paseos por las grandes superficies. Todo ello asegura conocerlo Álex de la Iglesia. Y también levanta la mano al confesar algunos de esos defectos. "Todo lo que critico y vapuleo me gusta. Por ejemplo, soy un hiperconsumista. Cuando tengo un disgusto, en vez de tomarme un lexatin, me compro 30 DVD o 10.000 chorradas. La última fue un matamoscas eléctrico, que cuando llegué a casa me di cuenta de que también había que moverlo para que funcionara".

Es a ese mundo perfecto, elegante y sin fisuras al que quiere pertenecer Rafael (Guillermo Toledo), un tipo seductor y ambicioso que trabaja en la planta de señoras de unos grandes almacenes y que aspira a convertirse en jefe de planta. Su principal rival es don Antonio (Luis Varela), que muere tras una discusión con Rafael. La única testigo del accidente es Lourdes (Mónica Cervera), una trabajadora fea y obsesiva. Ahí comienza toda la tragedia de un hombre elegante.

Tras Crimen ferpecto, que ya está vendida a 15 países, De la Iglesia está pendiente de varios encargos sobre filmes de terror que le vienen de Hollywood. De momento, su mirada y su obsesión la tiene puesta en el estreno del filme. "He tenido grandes éxitos y grandes fracasos. Ahora soy todo un ignorante. Confío en la gente cínica y con suficiente sentido del humor", asegura el realizador vasco, que acaba de terminar de pagar las deudas que contrajo con su anterior filme, Ochocientas balas, que produjo y dirigió.