La reapertura del mercado de Santa Caterina se retrasará hasta 2005
Comerciantes y vecinos culpan al Ayuntamiento y preparan actos de protesta
La reapertura del mercado de Santa Caterina vuelve a retrasarse. El mercado no volverá a abrir para el día de Santa Caterina, el 25 de noviembre, como se previó hace meses. El Ayuntamiento ha dicho a los comerciantes que sólo se compromete a tener listo el nuevo edificio para esa fecha. Pero los tenderos sostienen que necesitan entre tres y cuatro meses más para instalar los puestos y abrir el mercado. Otro punto de disputa es que para noviembre sólo se acabarán las obras de las calles más cercanas al mercado, pero los comerciantes exigen para regresar que queden reurbanizados todos los accesos para no soportar más obras.
La conclusión de todo ello es que la apertura del mercado no se producirá antes del próximo mes de marzo, coinciden en afirmar fuentes municipales y de los comerciantes. El mercado lleva más de cinco años en obras y los comerciantes están instalados desde entonces en una carpa provisional en la avenida de Lluís Companys.
Fuentes del municipio dicen que para la festividad de Santa Caterina sólo estarán terminadas las obras de las calles que van a parar a la plaza donde se halla el mercado: Sant Jacint, Flor de Lliri, Freixures, Colomines, Giralt de Pellicer y la zona de la avenida de Francesc Cambó situada frente al mercado. En todas estas calles se trabaja contrarreloj para concluir las obras el 25 de noviembre.
Obras en dos fases
El meollo de la discusión entre el Ayuntamiento y los comerciantes está en que para esa fecha todavía no estará terminada la reforma del principal acceso a la zona: el nacimiento de la avenida de Francesc Cambó junto a la Via Laietana. "Esta obra tendrá dos fases y estará acabada en julio del año próximo", afirma el concejal del distrito de Ciutat Vella, Carles Martí. El concejal asegura que "los accesos al mercado están garantizados para final de noviembre, ya que se podrá acceder hasta el aparcamiento y la zona de carga y descarga".
Pero los comerciantes dicen que están indignados y quieren que se urbanicen también los accesos desde la Via Laietana y la Porta Cambó. "No nos sirve de nada volver allí para que luego vuelvan a levantar la principal vía de acceso al mercado que viene desde la Via Laietana", afirma la presidenta de los comerciantes, Gloria Esforzado. Los tenderos reclaman que el acceso desde la Via Laietana -donde se prevé una acera de 10 metros en la zona del lado mar y dos carriles para coches- esté listo a final de año.
En el Ayuntamiento, el gerente el Instituto Municipal de Mercados, Jordi Torrelles, admite que el mercado no estará funcionando este año. "Para Santa Caterina acabaremos el edificio del nuevo mercado, pero los comerciantes necesitan un tiempo para construir sus puestos. Ya les hemos adjudicado a cada uno de ellos su espacio para que puedan encargar las obras. A finales de este mes o primeros de octubre adjudicaremos el restaurante y el supermercado del interior del mercado", indica Torrelles.
La presidenta de los comerciantes replica: "El año pasado se nos dijo que para el día de Sant Jordi de este año se acabaría el mercado y podríamos regresar para Santa Caterina. Ahora se nos dice que la reapertura del mercado no será hasta la primavera. Estamos hartos de excusas."
La denominada Asociación de Vecinos Afectados (AVA) por las obras del mercado prepara una cacerolada de protesta por el retraso en las inmediaciones del mercado. La convocatoria, prevista para hoy, tiene el respaldo individual de algunos vecinos y comerciantes, pero no el apoyo oficial de las asociaciones de comerciantes. El Ayuntamiento se reunirá la próxima semana con vecinos y comerciantes para explicarles el estado de las obras.
El mercado de Santa Caterina se levantó en 1848 sobre el antiguo convento del mismo nombre. Una de las razones del prolongado retraso de las obras se debe a la aparición de restos arqueológicos. Pero los propietarios de las tiendas de fuera del mercado dicen que están cansados y no aceptan más retrasos. "Llevamos más de cinco años en obras, el negocio se resiente y algunos han tenido que cerrar. Las ventas han bajado, pero hay que seguir pagando los impuestos", dice una comerciante que afirma que participará en las protestas y pide el anonimato.
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