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El PP apostó a que el PSOE asumiera el coste de cerrar la Comisión de Investigación del 11-M

Populares y socialistas negociaron sin éxito de forma reservada la vía para finalizar los trabajos

El Partido Popular jugó hasta el último minuto con el convencimiento de que el PSOE daría carpetazo a la Comisión de Investigación del atentado del 11-M el pasado martes 7 de septiembre, según indicaron fuentes parlamentarias. En los contactos mantenidos entre ambos partidos se estudió la posibilidad cierta de dar por terminados los trabajos y elaborar las conclusiones. El PP se echó atrás, pero no abandonó la convicción de que el PSOE asumiría el coste del cierre de los trabajos y diera carpetazo. Lo que parecía una jugada maestra terminó en un error de cálculo.

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Los dos partidos, PSOE y PP, abrieron tras las vacaciones una reflexión sobre la posibilidad de dar por finalizados los trabajos de la Comisión de Investigación del 11-M con los documentos y las 39 comparecencias llevadas a cabo en las doce sesiones del mes de julio. La idea, ya en el mes de septiembre, era que existía el material suficiente para elaborar las conclusiones. Ambos partidos parecían convencidos de que aún cuando siguieran los trabajos sería difícil obtener más informaciones sustanciales.

Un acuerdo para cerrar debía ser, según los contactos, asumido por los dos partidos mayoritarios de manera clara y transparente. Los previsibles costes -alimentar la sospecha de que se intentaba echar tierra sobre lo ocurrido- debían ser pagados por todas las fuerzas políticas.

Los contactos se revelaron negativos en el último momento. El PP, según fuentes próximas a los contactos mantenidos, se echó atrás después de alimentar expectativas en el cierre. Los populares, al parecer, apostaron fuerte: los socialistas asumirían el coste de cerrar.

El grupo parlamentario socialista había elaborado un amplio documento en el que condensaba la información obtenida en la Comisión. Ese documento analizaba, según explicaron públicamente de manera genérica, la imprevisión y descoordinación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo islamista a partir de los datos recogidos. Los socialistas también confirmaban en su informe la idea de que el Gobierno de José María Aznar había explotado el atentado del 11-M con fines elecoralistas y manipuló a la opinión pública. Y, finalmente, formulaba una larga lista de medidas para una nueva política antiterrorista. El grupo parlamentario creía que el capítulo primero, la imprevisión y descoordinación, podía ser susceptible de matizar.

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El martes 7, pues, poco antes de comenzar la reunión, los socialistas decidieron seguir con los trabajos de la comisión. Se lo hicieron saber antes a la mayoría de los partidos minoritarios. También la cúpula del PP fue informada. Y el presidente de la Comisión, Paulino Rivero.

Cuando el responsable socialista en la comisión, Alvaro Cuesta, llegó a la sala, dijo en voz alta que su grupo pensaba en seguir los trabajos.

Una vez sentados alrededor de la mesa, a la vista de que los partidos mayoritarios nada decían, el representante de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, informó que su partido había elaborado las conclusiones y que estimaba necesario seguir con los trabajos de la comisión. Le siguieron Joan Puig, por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Jordi Jané, por Convergència i Unió (CiU), y Emilio Olabarria, por el Partido Nacionalista Vasco (PNV). A favor de seguir.

El representante del Partido Popular, ante la mirada atenta de todos, habló, pero no fue, como es su costumbre, expansivo. Más bien lacónico, señaló que el PP se mantenía en su posición del mes de julio con sus propuestas de comparecencias. Alvaro Cuesta, por el PSOE, dijo:

- Que se avance, por supuesto...

Manuel Atencia, comisionado del Partido Popular, se dirigió a su compañera, Alicia Castro, y dijo: "Esto es un farol". Varios comisionados le oyeron. Llamazares dijo con ironía que si el PP se mantenía en su posición de julio eso suponía que sería citado -él, comisionado- nuevamente a declarar. El PP había solicitado su comparecencia y luego la había retirado. Volvieron a hablar los partidos minoritarios. Y, por fin, Cuesta decidió explicarse al completo.

Dijo, según diferentes parlamentarios consultados, que el PSOE había trabajado en las conclusiones preliminares. Las agitó y las colocó sobre la mesa. Señaló que había lagunas especialmente en lo que se refiere a la imprevisión de un atentado de signo islámico y a la descoordinación de las fuerzas de seguridad y que era necesario precisar más lo que ya se conocía. Apuntó, en alusión a Jaime Ignacio del Burgo, sin nombrarle, que era necesario contestar a las preguntas (que aquél había formulado en el mes de julio): ¿Qué falló? ¿se pudo haber evitado?. Y, que por todo ello, los socialistas creían que la comisión debía seguir adelante aún cuando, aventuró, esto llevara tres meses más.

Martínez Pujalte saltó y advirtió que la comisión debía continuar sus trabajos para investigarlo todo, no sólo la imprevisión.

Los miembros de comisión de investigación parlamentaria del 11-M, durante la reunión que mantuvieron el martes.
Los miembros de comisión de investigación parlamentaria del 11-M, durante la reunión que mantuvieron el martes.LUIS MAGÁN

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