Los secuestradores de los periodistas franceses exigen nuevas condiciones
París no confirma las exigencias, entre ellas el pago de cinco millones de dólares
El Ejército Islámico de Irak, que asegura tener en su poder a los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, exige ahora el pago de cinco millones de dólares en un plazo de 48 horas para proceder a su liberación. Las nuevas condiciones se conocieron ayer a través de una web islamista y su autenticidad no ha sido confirmada por el Gobierno francés.
La noticia supone un revés para los que esperaban una pronta solución del secuestro, pero se trata del primer contacto público desde que expirara el 1 de septiembre el último ultimátum.
El nombre del grupo es el mismo que reivindicó la captura de los informadores, el 20 de agosto en la localidad de Latifiya (a 30 kilómetros al sur de Bagdad), cuando se dirigían a Nayaf. En el vídeo enviado entonces a la televisión por satélite qatarí Al Yazira ponía como condición para liberarles la supresión en Francia de la llamada ley del velo, que entró en vigor el jueves.
Tras una intensa actividad diplomática del Gobierno de París (muy notoria frente al silencio italiano en el caso del periodista Enzo Baldoni) y la movilización de la sociedad francesa, incluida la musulmana, los captores parecieron abandonar sus demandas maximalistas.
Desde el entorno diplomático francés se insinuó que los rehenes habían sido traspasados a otro grupo favorable a su entrega. Esa misma tesis la defendió el primer ministro provisional de Irak, Ayad Alaui. Pero otras fuentes occidentales creen que nunca se produjo dicho trasvase, sino era el medio para que el Ejército Islámico de Irak salvara su primera exigencia deslizándose a otra centrada sólo en el pago de un rescate. En el comunicado de ayer en la web islamista, el grupo también pide que Francia acepte la propuesta de Osama bin Laden
[líder de la organización Al Qaeda, responsable de los atentados del 11-S], en la que ofrece una tregua a los países que suspendan o eviten toda cooperación, política o económica, con el nuevo Gobierno provisional iraquí y las potencias ocupantes.
El Ejército Islámico de Irak también advierte a las autoridades de Bagdad contra cualquier intento de liberar por la fuerza a los dos periodistas. "Os advertimos de que no nos bombardeéis como lo habéis hecho... en el día que os los entreguemos". Esta frase hace referencia directa a la operación llevada a cabo este fin de semana en Latifiya y en la que, según el Gobierno iraquí, 500 personas fueron detenidas. En ese operativo participaron helicópteros de ataque de EE UU. Esta redada ha podido ser la causante directa de que una liberación que parecía inminente desde hace días se haya vuelto a complicar de manera dramática. El domingo, un clérigo suní wahabí (versión rigorista del Islam exportada por Arabia Saudí), Mahdi al Sumaidaie, emitió una orden religiosa exigiendo la libertad de Chesnot y Malbrunot.Las autoridades francesas reaccionaron con extrema cautela. El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, dijo que los expertos se muestran "escépticos" sobre la autenticidad del nuevo ultimátum e insistió en que su validez "en este momento no está comprobada", en una declaración hecha al final de la tarde de ayer. "Nada cuestiona hoy la confianza que tenemos en una salida favorable", según Raffarin, quien habló de nuevo del "caos de Irak" como razón para exhortar a la prudencia.
Fuentes no oficiales apuntaron que el sitio de Internet utilizado ayer es el mismo usado en agosto para reivindicar el ataque a un centro social judío en París, información que se reveló falsa. Hasta ahora, la Embajada francesa en Bagdad ha recibido mensajes de los secuestradores por otros canales.
En todo caso, el Gobierno francés ha cambiado radicalmente de tono desde el fin de semana. El activismo desplegado en viajes y gestiones de todo tipo ha sido sustituido por una exhibición de prudencia y retención verbal, que deja pensar en complicaciones en la crisis, más que en una liberación. Horas antes de conocido el nuevo ultimátum, la ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie, había dicho por televisión que "cuanto menos se hable, mejor".
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