Chaves cita a Arenas
Enfrascado como estaba en aventar las cenizas de los graves incendios forestales que se han registrado este verano en Andalucía, a Javier Arenas parece que le ha cogido con algo de sorpresa la cita que le ha fijado para esta semana el presidente de la Junta, Manuel Chaves. En San Telmo se verán de nuevo las caras, al igual que hará con el resto de representantes de las demás fuerzas políticas de nuestra comunidad. Una primera toma de contacto que se considera imprescindible si se tiene en cuenta la cargada agenda que queda por delante, con asuntos, además, trascendentales como la reforma del Estatuto o la financiación autonómica.
Habrá, por tanto, una foto más de Chaves con Arenas, aunque en esta ocasión el líder de los populares, según ha confesado, espera que esta reunión sirva para algo más que la anterior, que se llevó a cabo nada más iniciarse esta legislatura al aterrizar en Andalucía tras las derrota electoral de Rajoy. Entonces reclamó al jefe del Ejecutivo andaluz un trato privilegiado para el PP dado que es la principal fuerza de la oposición. Entre líneas pedía un lugar propio teniendo en cuenta la dificultad con la que se encontraba al no ser diputado andaluz, con lo que quedaba fuera del escenario natural en el que se ha de desarrollar el debate político como ocurre con el parlamento.
Que se sepa, nada de esto se ha llegado a producir. Ni por asomo se observa en el Gobierno andaluz una brizna de trato de privilegio a los populares y ni siquiera parece que haya voluntad alguna de ayudarles a solventar esa carencia que arrastra Arenas. Por activa y por pasiva, ya han advertido, desde el mismo Chaves pasando por Zarrías y Pizarro, que será en la Cámara andaluza donde se sustanciará la discusión política capital de este mandato. Y si se trata de forzar las cosas para que no sea así, ya se anuncia que, entonces, el PP estaría boicoteando el proceso corriendo el riesgo de que, una vez más, quede fuera del mismo con las consecuencias históricas que ello tendría para el futuro de esta formación en Andalucía.
Y si bien puede que la cita le haya pillado a contramano, siempre hay oportunidad para marcar los terrenos y, por ejemplo, eso de aparecer ante la prensa después de su entrevista con Chaves en el mismo palacio presidencial, nada de nada. No tiene por qué haber concesión a la galería, de modo que todos, luego, a la sede del partido, que para eso está bien cerca. Cuestión de detalles. San Telmo, territorio enemigo.
Crisis naval
Tras los incendios forestales, otro frente amenaza con alterar la tranquilidad con la que inician los socialistas el curso: el conflicto de los astilleros. Arranca en estos días la negociación entre la SEPI y los sindicatos, en una situación paradójica. Por primera vez en la larga historia del sector, determinados alcaldes han ido por delante de los trabajadores en sus movilizaciones, barricadas y protestas. El asunto es serio y pondrá a prueba esa condición que machaconamente esgrime la Junta para apoyar la reconversión: continuidad del carácter público de las factorías y aprobación previa de los sindicatos a cualquier solución que se quiera adoptar.
Por si acaso, el Gobierno andaluz formalizó su posición en la última comparecencia de Gaspar Zarrías tras su reunión del pasado martes. Este criterio ya explicitado puede chocar con los planes que tiene el gobierno "amigo" de Zapatero. Son conscientes de ello. No sería la primera vez que los socialistas andaluces se posicionan en contra de las intenciones de la Administración central, a pesar de estar en las mismas manos, tal y como sucedió en el anterior capítulo de reconversión encabezado por el entonces ministro de Industria, el socialista Juan Manuel Eguiegaray.
No fue éste el único mensaje que Zarrías lanzó a sus compañeros de Madrid. Hubo más. En un afán de balizar el terreno, antes de que empiece el partido, el consejero de la Presidencia también dijo que la Junta se oponía radicalmente a esa intención de sus compañeros de Cataluña para que negociara el Ejecutivo central los próximos Presupuestos Generales del Estado directamente con la Generalitat. Un aviso que tuvo su efecto inmediato porque desde La Moncloa se anunció que sólo lo hará con los distintos grupos políticos, como debe ser. Igualmente, fijó la posición de la Junta sobre la financiación autonómica y la sanitaria: tendrá que ser en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Nada de favoritismo. Así están las cosas. Están dispuestos a liderar desde Andalucía el debate sobre los cambios a realizar en el modelo autonómico, aunque ese liderazgo conlleve, para ganar la mayor legitimidad posible, el enfrentamiento con los suyos. A ver hasta dónde están decididos a llegar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.