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Entrevista:YOLANDA BARCINA | Alcaldesa de Pamplona

"No se puede consentir la ocupación ilegal de un bien público"

Alcaldesa de Pamplona desde 1999, casada y con un hijo, Yolanda Barcina (Burgos, 1960) fue captada para la política por el presidente de Navarra, Miguel Sanz. Dejó su cátedra de Farmacia en la Universidad Pública de Navarra para convertirse en consejera de Medio Ambiente del Gobierno de UPN y después en la primera mujer alcalde de la ciudad. Acostumbrada a la polémica, el pasado agosto ha tenido que hacer frente a la crisis del desalojo del viejo frontón Euskal Jai ocupado como gaztetxe desde años atrás.

Pregunta. ¿Qué personas vivían en el gaztetxe del viejo frontón Euskal Jai?

Respuesta. Fundamentalmente miembros del movimiento okupa de ámbito nacional y europeo. Pero, debido a la complejidad de nuestra tierra, había otra gente acostumbrada a ejercer ocupaciones políticas. Me refiero a personas que se oponen a obras públicas promovidas por las instituciones, gente que ya actuó en Itoiz. Por último, había simpatizantes de Batasuna, que plasmaban su exaltación y apoyo hacia los presos terroristas.

"Si no actuamos ahora, en unos meses hubiera sido imposible desalojar el inmueble"
"A la mayoría de las personas les gusta que las normas se cumplan"

P. ¿No hubo otra forma que la fuerza de sacar a los ocupantes?

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R. Se intentó por todos los medios un desalojo pacífico y se les ofreció diálogo. No quisieron. No se puede consentir la ocupación ilegal de un bien público. La propiedad pública y la privada es lo primero que tenemos que defender las instituciones. De lo contrario, estaríamos prevaricando dando a unos, a sabiendas, un bien que es de toda la sociedad.

P. Usted denunció la "bunquerización" del edificio.

R. Así es. Si no llegamos a actuar ahora, y dado el grado de blindaje del inmueble que habían realizado sus ocupantes, en unos meses hubiera sido imposible recuperar el solar para uso público sin que la vida de algunas de esas personas hubiese corrido peligro. Y para nosotros la vida y la seguridad de todos los implicados era y es prioritaria. Ellos preparaban el edificio para otros fines y sin respetar esos principios.

P. ¿Por qué se entregó censurado el expediente del desalojo a los grupos de oposición?

R. El reglamento municipal, aprobado por un gobierno tripartito en el que participó IU, señala que cuando un expediente se facilita a los concejales pasa a ser público y toda persona tiene acceso a él. Y no podemos olvidar que la Policía tuvo que ir con capuchas y los trabajadores fueron amenazados. Nuestra obligación es defender la dignidad y seguridad de esas personas.

P. El desalojo del Euskal Jai ha reactivado las críticas de autoritarismo contra usted, pero ha ganado ya dos elecciones consecutivas y mantiene una alta popularidad. ¿Cúal es su secreto?

R. Lo primero que hay que hacer es captar la sensibilidad social. Hay, además, que elaborar normas democráticas con el mayor consenso posible y aplicarlas. No se puede ser arbitrario. A la mayoría de las personas les gusta que esas normas se cumplan. De lo contrario, muchas personas piensan que hay ciudadanos de primera y de segunda. De primera son los privilegiados que, por el hecho de quejarse, obtienen todo; y de segunda son las personas responsables que cumplen con todas las normas. En este segundo grupo está una amplia mayoría que normalmente se calla, pero vota.

P. Un juzgado archivó la denuncia de cinco vecinos de Pamplona por presuntas obras irregulares en su domicilio particular. Usted se querelló contra ellos. ¿En qué estado se encuentra el proceso?

R. Lo que esas personas querían era que me fuera del cargo y buscaron un hecho sin fundamento, unas obras realizadas hace quince años, cuando era profesora universitaria y no tenía vinculación con la política. La querella sigue adelante y ellos han manifestado al juez que no tenían toda la información al respecto. Ha habido una retractación tras unas descalificaciones mentirosas destinadas a conseguir mi abandono.

P. ¿Tiene el Ayuntamiento de Pamplona una obsesión con los aparcamientos subterráneos?

R. En absoluto. La preocupación por los aparcamientos es compartida por la mayoría de los alcaldes, en Bilbao, San Sebastián o Pamplona. No podemos dar la espalda al problema. Son expedientes rápidos. De ahí deriva su desarrollo.

P. ¿Y qué ocurre con otras infraestructuras de la ciudad, como la nueva estación de autobuses, el museo de San Fermín, el museo de arte contemporáneo o la nueva biblioteca de Navarra?

R. Que son mucho más complicadas, porque no dependen sólo de decisiones municipales. Pero se van resolviendo. Habrá una moderna biblioteca, habrá un gran centro temático de San Fermín y habrá una moderna estación subterránea de autobuses en los próximos años.

P. ¿Mereció la pena construir el aparcamiento subterráneo en la Plaza del Castillo?

R. Sí. Una vez inaugurado con gran aceptación ciudadana, se han disipado las dudas previas. La plaza es ahora más grande, totalmente peatonal, muy bonita y los malos ratos pasados han valido la pena.

P. ¿Qué ha ocurrido con los restos arqueológicos hallados?

R. Están custodiados por la institución Príncipe de Viana. Las algaradas generadas por algunos grupos nos hizo perder la oportunidad de disfrutar entre todos de los hallazgos arqueológicos. Gracias a este aparcamiento hemos descubierto una historia de Pamplona que estaba oculta. Espero que se pueda llegar a disfrutar de esos hallazgos.

P. La oposición acusa a UPN de practicar el monolingüismo castellanoparlante.

R. Siempre cumplimos las normativas con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades, por ejemplo, al acceder a un puesto de trabajo en la Administración. Queremos al mejor economista, al mejor técnico de mantenimiento, pero no a alguien primado por conocer un idioma que no es obligatorio. Además, practicamos la libertad de opción para que los ciudadanos elijan conocer la información en vascuence o en español

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