EL PAÍS finaliza la Serie Negra
Mañana, lunes, concluye la Serie Negra que EL PAÍS ofreció a sus lectores al precio de 1 euro cada ejemplar. Un total de 50 volúmenes que comenzó el pasado 16 de mayo con El talento de Mr. Ripley y que concluirá mañana con El grito de la lechuza (1962), dos excelentes obras de Patricia Highsmith.
Entre una y otra, la colección publicó a los más destacados representantes del género policial, de suspense o novela negra. Nombres como los de Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Jim Thompson, Chester Himes, James Hadley Chase, James M. Cain o Ross MacDonald, entre otros, ejemplifican ese estilo que incorpora a la narración la cultura callejera. De igual modo se han editado textos de quienes pueden representar la tradición de la novela policial, la que surge en Allan Poe: obras de, por ejemplo, Conan Doyle, Gaston Leroux, Maurice Leblanc, Agatha Christie, Ellery Queen o Carter Dickson. La colección ha publicado también obras que se apartan de los esquemas prefabricados sobre el género, autores que como Georges Simenon, Graham Greene o la citada Highsmith utilizan unas lupas de mayor aumento de las habituales para observar y describir el comportamiento psicológico y moral de sus personajes.
Elementos esenciales
El grito de la lechuza contiene todos los elementos esenciales del estilo de Highsmith: juega con esa especial predilección por la ambigüedad de la realidad magistralmente reflejada en la incertidumbre de la ficción. Robert Forester, un hombre tímido, ingeniero aeronáutico de profesión, decide abandonar Nueva York para alejarse de la crispación que impera en las relaciones con su mujer. Se refugia en un lugar de Pensylvania. La observación de la vida cotidiana de sus vecinos, una joven pareja, se convierte, inicialmente, en un placer que favorece el anhelado sosiego. Después surge el amor entre Forester y la joven para, inmediatamente, adentrarse en una pesadilla en la que la muerte de Greg, el novio de Jenny, convierte al ingeniero en el principal sospechoso del asesinato. Highsmith vuelve a mostrar su talento en una novela en la que el asesinato es en sí mismo el gran protagonista, el detonante que permite revelar la rutinaria decadencia de los ambientes burgueses. El crimen no es un enigma a resolver ni una consecuencia de la injusticia, es la chispa que incendia la pradera de lo establecido.
Sus últimos años los pasó la escritora en Locarno (Suiza). Allí falleció el 4 de febrero de 1995, a los 74 años de edad. Dedicó su vida íntegramente a la literatura, como lo atestiguan sus más de 30 libros entre novelas, colecciones de cuentos, ensayos y otros textos. Varias de sus obras fueron adaptadas al cine, desde Extraños en un tren, de Alfred Hitchcock, a El amigo americano, de Win Wenders o A pleno sol, de René Clement, readaptada también por Anthony Minghella. Claude Chabrol filmó El cuchillo y El grito de la lechuza.
Babelia
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