Maragall designa al ex secretario de Exteriores de Piqué para diseñar un Fondo Euromediterráneo
La iniciativa estará abierta al sector público y privado y podría estar lista en seis meses
Miquel Nadal, ex secretario de Estado de Exteriores con el popular Josep Piqué, diseñará el Fondo Euromediterráneo de Inversión que el Gobierno catalán presentó ayer en Argel. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y su consejero de Economía, Antoni Castells, explicaron ayer la ambiciosa idea que diseñará Nadal y que estará abierta al sector público y al privado, siguiendo la senda iniciada por el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, que ha operado en los antiguos países de socialismo real europeo en su transición a la economía de mercado.
"Se trata de una persona preparada", dijo Castells para responder a la pregunta de por qué se ha colocado a un ex alto cargo de un Gobierno de Aznar a pilotar un proyecto del tripartito. "Nuestra obligación es poner los mejores talentos del país al servicio del proyecto nacional", agregó Castells. El proyecto no sólo da alas a la idea del presidente de la Generaitat sobre la vocación mediterránea de Cataluña, sino que pretende rescatar de la retórica el proyecto de desarrollo de los países del norte de África. "Es un contrasentido que a una hora de vuelo de Barcelona haya tan poca relación economica", sentenció Maragall. "Argelia forma parte de esos países que son ricos y pobres, que tienen a la vez demanda de inversión y capacidad de financiarla", agregó el presidente catalán.
En este país con reminiscencias de socialismo real, edificios y lenguaje político recuerdan ese pasado y se ha aprobado un plan quinquenal de 50.000 millones de dólares para crear viviendas y combatir ese 30% de desempleo que azota una nación en la que el 50% de sus 30 millones de habitantes tiene menos de 20 años.
Proyectos de inversión
La aprobación de ese plan quiquenal, junto a la senda que ha emprendido Argelia hacia la Organización Mundial de Comercio y la búsqueda de asociación con la Unión Europea, ha espoleado el proyecto que el consejero Castells espera que esté ultimado dentro de medio año, pero cuyo capital de partida no quiso cuantificar. "Se trata de un fondo para el Mediterráneo y creado por iniciativa del Gobierno con la aportación de entidades privadas, para el que hemos visto buena disposición por parte argelina", dijo el consejero. El objetivo de este fondo sería financiar proyectos de inversión en países de la ribera meditetrarranea. "Queremos abrir a inversores de muchas procedencias este proyecto que el Gobierno del Estado ve con simpatía", agregó Castells.
"Barcelona está más cerca de Argel que de Madrid, sólo que hay un mar en medio que puede volver a ser un lugar de encuentro", sentenció gráficamente Maragall, que ya visitó la capital de este país norteafricano siendo alcalde de Barcelona. Ayer, en su condición de primer presidente de la Generalitat que visita ese país vecino a Marruecos, el presidente catalán se entrevistó con el primer ministro, Ahmed Ouyahia, y con el ministro de Exteriores, Abdelaziz Belkhadem. Hoy se reunirá con el presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika.
Este país rico en petróleo y que pronto alimentará otro gaseoducto que entrará en la península por Almería, está, a juicio del presidente de la Generalitat, mejorando su situación política. Desangrado por una guerra sucia y sin cuartel entre el ejército y los fundamentalistas que ha arrojado decenas de miles de muertos, en la actualidad, según Maragall, Argelia ha entrado en una etapa de estabilidad y avanza hacia la democracia. "Se ha creado una situación nueva que antes no existía en este país que ha vivido desde 1962 hasta ahora una independencia dramática", dijo. "Ahora tiene una situación mejor respecto al terrorismo y cuenta con una situación económica prometedora", en palabras del presidente de la Generalitat dispuesto a apoyar los avances argelinos hacia la democracia plena.
Pero Maragall optó ayer por hablar más de economía que de política en este país que vive con el estado de emergencia declarado y con una presencia policial y militar en las calles que lo hacen distar de los cánones políticos occidentales. El presidente catalán pidió agilizar la concesión de visados para que los empresarios catalanes puedan viajar por Argelia y, en correspondencia, el ministro de exteriores argelino recordó las dificultades que tienen sus ciudadanos para obtener esas mismas visas para entrar en España.
Una entrevista con la ministra de cultura, Khalida Toumi, cerró la agenda de ayer del presidente de la Generalitat, quien aconsejó a los periodistas -quizá pensando en el fallecido empresario catalán Pere Duran Farell- que tomaran el té mientras contemplaban un atardecer de vértigo desde lo alto de una duna del desierto.
Tras las huellas de Rodríguez Zapatero
El presidente de la Generalitat se convirtió ayer en un apologeta de las resoluciones de Naciones Unidas para hallar una salida al conflicto del Sáhara occidental, que enfrenta al Frente Polisario con Marruecos. "Compartimos el punto de vista de la legalidad internacional fijada por la ONU y es la que hay que aplicar", sentenció un Maragall mucho más cauto que durante la visita del pasado mes de mayo a Marruecos, cuando se refirió a que había que "situar la solución al problema en un marco regional en lugar de un marco mundial como Naciones Unidas".
El presidente de la Generalitat no se apartó ayer ni un milímetro de la postura del Gobierno español, que "quiere que haya buena relación entre países vecinos, dentro siempre de la legalidad internacional". "Estoy de acuerdo en que se llegue a una solución como la prevista en el plan Baker", manifestó Pasqual Maragall, quien evitó pronunciarse expresamente sobre la eventual celebración de un referéndum para la autodeterminación del Sáhara, prevista en el citado plan, y que queda consagrada en las resoluciones 1495 y 1541 de Naciones Unidas.
De esta manera, Pasqual Maragall pasó por allí donde todavía se percibía la huella dejada el pasado mes de julio por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. En su visita a Argelia el jefe del Gobierno español, con la voluntad e desbloquear la situación de conflicto, se distanció prudentemente del plan Baker, al tiempo que pedía respeto para la autodeterminación del Sáhara. Eso sí, todo con el aval de Naciones Unidas.
El Gobierno de Argelia pide a España implicación en el conflicto, ya que considera que su papel de potencia colonial está en el origen del problema. El Gobierno argelino teme que un eje París-Madrid hiciera inclinar la balanza del conflicto hacia Marruecos. Argelia rechaza tajantemente la sugerencia francesa, a la que se suma el Gobierno español, para que hable del Sáhara directamente con Marruecos. "No podemos reemplazar al Polisario", aseguran fuentes argelinas.
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