Una década de guerras y atentados contra Moscú
Las capturas masivas de rehenes han sido una constante desde que, en diciembre de 1994, las tropas rusas entraron en Chechenia para acabar con el movimiento independentista. Tres de esos secuestros -en un hospital del sur de Rusia en 1995, en un pueblo de Daguestán en 1996 y en un teatro de Moscú en 2002- acabaron con decenas de muertos después de las intervenciones de las fuerzas de seguridad rusas.
En los 10 años que dura este último conflicto de Chechenia, dividido en dos guerras y con un periodo de dos años de precaria paz tras un acuerdo entre Moscú y los independentistas de Grozni en 1997 después de la humillante derrota rusa de 1996, el terrorismo checheno ha actuado en las vecinas repúblicas caucásicas, a veces con una osadía suicida, pero también en Rusia.
Las elecciones del domingo pasado, en las que ganó el candidato del Kremlin, estuvieron marcadas por una oleada de actos terroristas: el derribo de dos aviones de pasajeros con 91 muertos y un atentado suicida en Moscú, el martes, con nueve víctimas mortales. Estos ataques fueron llevados a cabo por mujeres. Pero han sido las capturas masivas de rehenes las que han conmocioando a la opinión pública internacional sobre el conflicto que ha destruido esta república, provocando decenas de miles de muertos civiles y cientos de miles de desplazados y refugiados.
Cerco del Ejército ruso
La ciudad del sur de Rusia de Budiónnovsk, a 150 kilómetros de la frontera con Chechenia, se despertó el 14 de junio de 1995 tomada por un comando checheno dirigido por Shamil Basáiev, que había logrado burlar el cerco del Ejército ruso sobre este territorio. Los 80 guerrilleros se atrincheraron en el hospital de esta ciudad de 60.000 habitantes y retuvieron como rehenes a cientos de personas. Por lo menos 100 murieron cuando las tropas rusas intentaron tomar al asalto el centro. Al final los guerrilleros llegaron a un acuerdo con Moscú y volvieron a Chechenia con 100 rehenes, que luego fueron liberados.
En enero de 1996, otro comando checheno asaltó el pueblo de Kizliar (en Daguestán, en el Cáucaso ruso) y tomó 200 rehenes. El asalto ruso, cuando los guerrilleros huían con sus secuestrados, acabó con entre 50 y 100 muertos.
Pero fue en el teatro Dubrovka donde la toma de rehenes alcanzó un mayor dramatismo: unos 15 guerrilleros chechenos, muchos de ellos mujeres, tomaron el teatro en plena representación con 700 espectadores. Las fuerzas de seguridad rusas asaltaron el teatro: los 40 miembros del comando murieron, así como 150 rehenes como consecuencia del gas utilizado por la policía durante el rescate.
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