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La Generalitat cede a los diputados del tripartito la negociación formal de los presupuestos

El Gobierno catalán ha desistido de negociar formalmente los Presupuestos Generales del Estado para no provocar recelos en otras comunidades y trasladará sus dos reivindicaciones clave -asunción del déficit sanitario y aumento de seis puntos en la inversión en infraestructuras- a través de los diputados de los grupos que apoyan al tripartito. El conseller en cap, el republicano Josep Bargalló; el consejero de Economía, el socialista Antoni Castells, y el consejero de Relaciones Institucionales, el ecosocialista Joan Saura, se reunirán hoy mismo en el Palau de la Generalitat con diputados del PSC, ERC e ICV para fijar una posición común en ambos asuntos.

Las relaciones entre los tres partidos de izquierda que apoyan al Gobierno catalán no son fáciles ante las negociaciones presupuestarias. Los tres han acordado actuar como lobby para las demandas de la Generalitat, pero al mismo tiempo pugnan por poner "acentos particulares" que dejen clara su influencia en los presupuestos.

Esquerra es el único de los tres partidos con grupo propio en el Congreso y se ha presentado incluso como la formación que representará al tripartito en las negociaciones. Pero el PSC e Iniciativa precisaron ayer que las demandas comunes las defienden todos y no sólo Esquerra, cada uno desde su trinchera: ERC en sus negociaciones, el PSC dentro del grupo socialista y del Gobierno, e ICV a través del grupo conjunto con Izquierda Unida. Además, el Ejecutivo catalán mantiene sus conversaciones informales con el Gobierno del PSOE, de las que serán informados los diputados del PSC, de ERC y de ICV en el Congreso.

Respuesta a Esquerra

"El único que representa al tripartito es el Gobierno catalán", subrayó Miquel Iceta, portavoz del PSC, quien destacó que el Gobierno de Maragall se coordinará con los grupos para los asuntos que le interese destacar y que después cada formación seguirá sus negociaciones por los cauces que crea más oportunas. Joan Herrera, de ICV, subrayó que ninguna formación representa a todo el tripartito, sino sólo a una parte, pero que todos "defienden los intereses del tripartito".

En el esquema planteado, el PSC es el más perjudicado desde el punto de vista de la proyección pública porque sus diputados en el Congreso son indistinguibles del resto del grupo socialista. En esta teórica desventaja se originaba precisamente la presión del presidente de la Generalitat y del PSC, Pasqual Maragall, para contar con un grupo parlamentario propio, una demanda que la mayoría de la cúpula dejó congelada para no irritar al PSOE. Otros dirigentes socialistas minimizan en cambio la importancia de contar con grupo propio: si los presupuestos son satisfactorios para los intereses de la Generalitat, argumentan, los mayores réditos serán para Maragall y todos los socialistas.

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