Sharon mantiene el plan de retirada de Gaza a pesar del ataque
El atentado de Bersheeva vuelve a poner en la picota el plan de retirada de la franja de Gaza del primer ministro israelí, Ariel Sharon, que cuenta con la oposición firme de los rebeldes del Likud y de los partidos religiosos.
Nada más conocerse la autoría del ataque, Gila Finkelstein, del Partido Nacional Religioso, barrió para casa y mandó un claro mensaje al líder del Likud, pues considera que el plan de retirada de Gaza sólo sirve de "motivación" a los palestinos para cometer más atentados. "Estoy preocupada, ya que esto es aparentemente el principio de las celebraciones de los terroristas. Hoy están comenzando a contar las víctimas del plan de desconexión", afirmó. El diputado Zvi Hendel, de la Unión Nacional, acusó a Sharon del baño de sangre del atentado de Beersheva.
En la derecha israelí y los partidos nacionalistas la retirada se percibe como un premio a los ataques terroristas y el fantasma de Líbano planea sobre sus cabezas. Nadie quiere repetir la misma historia: tras casi 20 años de ocupación del sur de Líbano, el Ejército israelí se retiró en mayo de 2000 sin ninguna prebenda y un gran número de bajas entre los suyos tras el acoso de Hezbolá.
Por eso el Ejército israelí, desde el anuncio de la retirada de Gaza, ha intensificado sus acciones en la franja, para dejarlo "limpio" antes de evacuar la zona. Mientras, los milicianos y los movimientos islámicos intentan vender a la opinión pública palestina que la retirada israelí se debe a su acoso, a semejanza de lo que sucedió en Líbano.
Las fechas claves del plan
El atentado, después de cinco meses de calma, supone un obstáculo más en el camino de Ariel Sharon para aprobar el plan, aunque ayer avanzó tres de las fechas clave a tener en cuenta en el proceso político de su programa de desconexión. El próximo 14 de septiembre debe haber un proyecto de ley de los miembros del Consejo de Seguridad, que incluirá los asentamientos a evacuar y las compensaciones por ello. Sharon someterá a votación este proyecto de ley a sus ministros el próximo 24 de octubre y el Parlamento israelí se pronunciará el 3 de noviembre.
Sharon está decidido a evacuar Gaza, siempre con la vista puesta en los asentamientos de Cisjordania, que se anexionará presumiblemente tras el visto bueno de EE UU. Después del atentado no cedió ni un milímetro: la evacuación sigue su curso, como reveló un funcionario cercano al primer ministro. El atentado supone una piedra más en el camino, pero los últimos meses Sharon dio muestras de su determinación y no parece que un nuevo atentado vaya a frenarle.
Ya lo advirtió al inicio de su reunión con los miembros del Likud, que asisten perplejos a las decisiones de su líder. Y se llevará a cabo sin plazos, como se comprometió en su día, y pese a la oposición de su Ejecutivo.
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