Detenido un hombre acusado de incendiar tres bares de Hortaleza
El sospechoso quería vengarse por ser expulsado de los locales
Agentes de la Comisaría de Hortaleza-Barajas han detenido esta semana a Ángel C. R., de 39 años, como presunto autor de los incendios provocados durante el pasado fin de semana en tres bares de la calle de Añastro, en el distrito de Hortaleza. El arresto se produjo gracias a la colaboración ciudadana. Según varios vecinos de la zona, "Ángel es un perturbado que siempre amenazaba con quemar los bares".
Los hechos comenzaron el pasado viernes 20 de agosto en la Colonia del Bosque, en el distrito de Hortaleza. El ahora detenido, que es un cliente habitual de los bares del barrio, fue visto por un vecino frente a la cafetería El Valle, en la calle de Añastro, número 25, minutos antes de que ésta comenzara a arder. En ese momento, el establecimiento estaba cerrado por vacaciones.
Freddy Echeverría, repartidor de un supermercado de la zona, explicó ayer que alguien había apilado las sillas de plástico junto a la cafetería y que les había prendido fuego para quemar el bar "y vengarse de su dueño". El ahora arrestado "solía tener problemas" con dicho propietario. Este primer incendio fue sofocado rápidamente por los camareros de los locales colindantes.
Al día siguiente, concretamente a la 1.30 de la madrugada, Ángel C. R. se encontraba en el bar Elker, en la calle de Añastro, número 17. Su estancia en ese local no tenía nada que ver con la casualidad: su dueño es el mismo que el de la cafetería El Valle, incendiada el día anterior. Uno de los camareros, Sergio Monreal, contó que "siempre que se le acababa el dinero y quería seguir jugando a la máquina tragaperras o tomarse otra copa" acababa amenazando "a quien no se lo diese". Aquella noche lo "necesitaba", supuestamente, para saciar su ludopatía.
Al ser echado del establecimiento, el supuesto pirómano se dirigió hacia la cafetería El Valle. Una vez allí, y con la ayuda de una bolsa de plástico repleta de papeles y cartones, volvió a provocar un incendio y, esta vez, su magnitud fue mucho mayor.
El aspecto que presentaba ayer por la tarde la fachada de dicha cafetería era desolador. Una inmensa mancha negra, junto a la puerta del establecimiento, señalaba el lugar exacto donde se había originado el fuego. Las lunas del local, destruidas por las llamas, estaban tapiadas con tablones de madera. Las sillas de plástico reposaban a su vera completamente derretidas. El fuego también afectó al primer piso del inmueble, llegando incluso hasta el patio interior.
Inmediatamente después, el pirómano fue a otro de los bares que solía frecuentar y pidió una copa, consumición que, según el encargado, "no llegó a pagar". Este mismo encargado, que rehusó identificarse, explicó que mientras los bomberos apagaban el incendio, el presunto autor "se bebía la copa y bromeaba acerca de lo sucedido".
Sobre las cuatro de la mañana, Ángel C. R. se retiró del bar y, según el encargado, se llevó un periódico. "Aquello me extrañó", contó, "pero jamás imaginé lo que vendría después". Minutos más tarde, los toldos de la terraza del bar Elker, de donde había sido expulsado un par de horas antes, eran devorados por las llamas. En aquel momento "estaba cerrado y tan sólo hubo que lamentar daños materiales", explicó. Él mismo, con la ayuda de un extintor, apagó el fuego.
Una vez controlado el fuego, nadie volvió a ver a Ángel C. R. por el barrio. La investigación policial no resultó demasiado difícil. "Todos sabíamos quién lo había hecho", comentó un vecino de la zona que prefirió mantenerse en el anonimato. "Incendiar los sitios a los que iba", añadió, "es su forma de vengarse por no recibir lo que quería".
El detenido, según las fuentes consultadas, es el presunto autor de la quema de la fachada de otro establecimiento y de incendiar dos coches, que estaban aparcados en el cruce de las calles Ramonet con Mesena y que han quedado completamente inservibles.
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