_
_
_
_
Entrevista:GREGG POPOVICH | Segundo entrenador de Estados Unidos y doble campéon de la NBA con San Antonio Spurs | Atenas 2004 | BALONCESTO: UN SUEÑO ROTO

"España es infernal"

Diego Torres

La cara picada, los dientes espaciados en sus grandes encías, el mechón de pelo blanco y el vozarrón áspero, hablando del "infierno", de "estar encendido", "caliente", "en el fragor de la batalla", hacen de Gregg Popovich (Chicago, 1948) un buen candidato al papel de sargento en la película bélica más brutal. Graduado en la Academia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, especializado en la antigua Unión Soviética, es el técnico que acaba de ganar los últimos dos anillos de la NBA al frente de San Antonio Spurs. Ayer ofició de ayudante del seleccionador, Larry Brown, en el banquillo del equipo estadounidense, que derrotó al español.

Pregunta. ¿Qué destacaría del partido?

Respuesta. Que metimos muchísimos tiros. Si no hubiésemos estado tan encendidos, habría sido un partido mucho más difícil para nosotros. Eso, seguro. España tiene un gran equipo y un gran cuerpo técnico. Nos sentimos realmente aliviados por haber sido capaces de vencer. Nadie esperaba que pudiésemos hacer lo que hemos hecho.

"En siete partidos nos habrían ganado. Debe de ser durísimo jugar así y quedarse sin medalla"
Más información
Marbury aniquila a España

P. Hasta el descanso, sin embargo, Estados Unidos fue superado en algunos aspectos.

R. Creo que el parcial de la primera mitad reflejó los méritos de España. Penetraron mucho más que nosotros y tiraron muchos más tiros libres. Nos movimos alrededor del perímetro, sin entrar, y desde allí tiramos. Por eso no nos pitaron tiros libres: porque, si no penetras, no te pitan falta. En la segunda parte aprendimos y nos pitaron más. De otra de las cosas que hablamos en el descanso fue del rebote. Tal vez algunos de nuestros jugadores se sintieron frustrados ante la versatilidad de la defensa española. Cogieron más rebotes que nosotros. Quizá, porque cuando no te ordenas en la defensa te cansas y nosotros estábamos desordenados.

P. ¿Le han sorprendido los conjuntos que se han encontrado en el torneo?

R. Nada. Yo soy un entrenador. Veo muchos partidos internacionales. Sigo a muchos equipos y entrenadores. El pueblo americano está sorprendido porque no ven equipos internacionales. Pero nuestros jugadores y nuestros técnicos no están sorprendidos.

P. Estados Unidos ha triplicado su porcentaje de acierto en los tiros libres. ¿Qué ha hecho para lograrlo?

R. Esto es un partido. No hemos tirado así cada día y no sé si ocurrirá mañana. Marbury estaba realmente caliente: ha batido el récord olímpico estadounidense de anotación en un partido con 31 puntos. ¡Vaya ritmo el suyo! Estaba encendido, realmente encendido. Fue el que mantuvo el partido a nuestro favor. Es un jugador al que le ha costado mucho coger el hilo. Si te dan doce tipos y les tienes que inculcar un nuevo sistema, ofensiva y defensivamente, te ves ante un gran desafío. Si eres el base, las cosas se complican más. Eso le ha pasado a Marbury. Y no es el único. El tipo que más tuvo que trabajar para aprender el sistema de juego de San Antonio fue Tony Parker.

P. ¿Qué necesita mejorar Estados Unidos para vencer a Argentina o Grecia?

R. Tendremos que penetrar mejor y defendernos con más intensidad y coordinación. También debemos mover más rápidamente el balón porque ellos van a jugar en zona y sólo con un buen movimiento del balón podremos hacerlos salir del perímetro y encontrar huecos. Además, tenemos que hacer valer la cláusula que firmó Ginobili [argentino] cuando fue fichado por San Antonio. Le pagamos 52 millones de dólares a cambio de que no jugase contra Estados Unidos ¡Es tiempo de cumplir!

P. ¿Qué aprecia más de España?

R. Todos saben que Gasol es un gran jugador. Eso es fácil de decir. Pero... ¡su equipo! Es lo que me impresionó. Sus jugadores ejecutan muy bien. Son duros. Saben defenderse, rebotear... Es un equipo completo. Por eso nos entusiasma tanto haberles ganado. Jugaron mejor que nosotros durante todo el torneo. Debe de ser un golpe durísimo irse a casa sin una medalla después de haber jugado el baloncesto que han jugado. Y todo, porque salieron al campo y nos encontraron encendidos. Nosotros jugamos duro, pero España estuvo impresionante. Es un equipo infernal. Hasta ahora lo ha sido y puede que lo siga siendo. Probablemente en una serie de siete partidos nos habría ganado. Tienen todos los elementos. Juego interior, juego exterior, dribling, tiro, se defiende, rebotea... Es un equipo maravilloso. Realmente, lo siento por ellos.

P. ¿Para qué pidieron ustedes un tiempo muerto con el partido ya ganado?

R. Los técnicos españoles estaban enojados por el último tiempo muerto que pedimos. Nos lo reprocharon y hablamos de eso. Pero nosotros no lo pedimos cuando sonó la campana. Aquí las reglas son diferentes. Habíamos perdido el balón y no podíamos aguantar su presión. Queríamos hablar con nuestro equipo sobre la presión ofensiva que nos hacían y pedimos un tiempo muerto. La petición quedó hecha, pero no se cumplió inmediatamente. Cuando nos lo concedieron, ya no lo necesitábamos. Larry [Brown] fue a la mesa a retirarlo, pero hicieron sonar la bocina. No fue intencionado. En la NBA hay otras reglas. Comprendo el malestar de Mario Pesquera. Yo también habría reaccionado así en el fragor de la batalla.

P. ¿Qué conclusión saca?

R. Definitivamente, estamos mejorando. Veremos si lo suficiente para pasar a través de toda esta bola de cera, este lío. A cada día que pasa, a alguien se le enciende una luz en la defensa, en el ataque. Aí avanzamos. Probablemente, si seguimos a este ritmo, en 60 días, definitivamente..., tal vez derrotemos al mejor.

P. ¿Preferiría encontrarse a Grecia o a Argentina?

R. Apenas fuimos capaces de vencer a Grecia en la liguilla. En los últimos 30 segundos, Boozer atrapó un rebote ofensivo y ganó el partido. Ellos jugaron tan bien como nosotros. Con Argentina jugamos el verano pasado, pero teníamos un equipo diferente, con jugadores como Kidd, Brand o Carter, que no están aquí. Son dos oponentes muy duros.

P. ¿Cuándo sintió que el partido contra España era suyo?

R. Hubo un momento en el último cuarto en que me sentí tranquilo. Fue cuando vi a Marbury lanzar aquel tiro dirigiéndolo con su mano izquierda. Fue un tiro que creo que nos dio una ventaja de 12 puntos. Ahí nos dimos cuenta de que el partido estaba prácticamente ganado.

P. ¿A cuál de sus jugadores destacaría?

R. Boozer ha sido probablemente nuestro jugador más regular a lo largo del torneo. Contra España ha aparecido en los momentos decisivos para rebotear y anotar.

P. ¿Qué le está pasando a Estados Unidos últimamente, que roza el fracaso en cada competición?

R. No conoces realmente a un jugador hasta que no lo entrenas. Por eso todos los equipos mejoran en los torneos. Cuando la gente hace preguntas del tipo: '¿Qué le pasa a Estados Unidos?', '¿qué es lo que funciona mal?', '¿cómo puede perder?'..., nadie parece dar crédito a los equipos que ganan a Estados Unidos. La gente que hace esas preguntas es ignorante. En el baloncesto moderno, desde hace unos seis años, hay equipos maravillosos por todo el mundo y con entrenadores maravillosos. Tienes que tener un equipo muy trabajado para ganar. No basta con juntar buenos jugadores. Nosotros apenas hemos tenido tiempo para organizarnos como equipo. Eso se advierte en el ataque posicional, en los apoyos en la defensa... Los otros equipos lo ejecutan todo mejor que nosotros porque llevan años trabajando con sus jugadores. ¡Ya quisiera yo entrenar al equipo de Estados Unidos durante seis meses!

Larry Brown y Gregg Popovich (en medio) discuten con Mario Pesquera sobre el último tiempo muerto de Estados Unidos, cuando su victoria ya era segura.
Larry Brown y Gregg Popovich (en medio) discuten con Mario Pesquera sobre el último tiempo muerto de Estados Unidos, cuando su victoria ya era segura.AP

Un 'bailarín' que bate récords

Está en la selección estadounidense gracias a la defección de Jason Kidd y las críticas arreciaban contra él, Stephon Marbury, el base de los Knicks, después de los cinco primeros partidos, que tan mal se les dieron a los de Larry Brown. Marbury había estado especialmente desacertado en el tiro: sólo dos puntos ante Puerto Rico y Angola, ocho ante Grecia y Lituania y uno ante Australia.

Frente a España, el base que hace tres años tomó clases de ballet para fortalecer sus tobillos, batió un par de récords. Sus 31 puntos le convierten en el jugador que más ha anotado en la historia del baloncesto olímpico estadounidense, récord que compartían, con 30, Charles Barkley, ante Brasil en 1992, y Adrian Dantley, frente a Yugoslavia en 1976. También batió el récord de triples anotados en un encuentro, seis, uno más que los que encestó Reggie Miller ante China en 1996.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_