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Kerry emplaza a Bush a que "tenga el valor" de detener su campaña de ataques personales

El candidato demócrata denuncia que se ha desatado "una guerra" contra su credibilidad

John Kerry, que ha hecho de su pasado en Vietnam una de las piezas clave de la campaña electoral para las presidenciales, lucha a brazo partido para no verse perjudicado por el debate sobre sus condecoraciones. El grupo Veteranos por la Verdad mantiene sus anuncios en los que se acusa a Kerry de mentir y de haber traicionado a sus compañeros en las protestas contra la guerra cuando volvió del frente. El candidato demócrata quiere que el presidente George W. Bush, que asegura no tener que ver con esa campaña, "tenga el valor de alzar su voz y detener" los ataques personales.

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Kerry atraviesa un momento delicado. Ha tardado demasiado en responder a la campaña de los Veteranos de las Lanchas Rápidas por la Verdad, un grupo formado por unas 250 personas que hace 10 días lanzó un primer anuncio en el que se cuestionaba lo ocurrido el 13 de marzo de 1969, cuando una mina estalló cerca de la lancha que él dirigía en el río Bay Hap. Jim Rassmann cayó al agua. Kerry, que había recibido fragmentos de metralla en el brazo, ordenó volver a recogerlo, "bajo fuego enemigo de armas ligeras y automáticas", según el informe de la operación, y él mismo le ayudó a salir del agua. Por eso ganó una Estrella de Bronce (ya tenía otras tres condecoraciones de sus cuatro meses de servicio, y le quedaban sólo dos semanas más en el frente).

Los Veteranos de las Lanchas, un grupo financiado en parte con dinero de un amigo de la familia Bush, aseguran que no había fuego enemigo, aunque uno de los principales líderes, Larry Thurlow, ganó su propia condecoración precisamente porque en su informe consta lo contrario.

Según la minuciosa reconstrucción elaborada por Michael Dobbs para The Washington Post, las acusaciones contra Kerry no se sostienen. Por su parte, William Rood, que pertenece a la dirección de The Chicago Tribune y combatió en las Lanchas, decidió ayer romper su silencio: "Cada vez es más difícil, para los que estuvimos allí, escuchar cosas que sabemos que no son ciertas, especialmente las que proceden de personas que no estuvieron allí". Rood afirma que "es falso" que se hayan exagerado los méritos de Kerry.

Otro miembro de una lancha que iba detrás de la de Kerry, Wayne Langhofer, ha confirmado que la operación se llevó a cabo bajo el fuego enemigo, tal y como asegura la tripulación del senador.

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A pesar de estos testimonios, los ataques han dado resultado: según un sondeo de la CBS, el respaldo de Kerry entre los veteranos -un importante segmento electoral- ha descendido del 46% al 37% en las dos últimas semanas. Y el debate está ocupando el centro de la campaña, en lugar de otros temas como la situación en Irak o los problemas de la economía.

Por todo eso, el candidato demócrata dijo el sábado por la noche en Nueva York: "Estamos en guerra. Pero es diferente de las que hemos combatido antes; en los últimos meses he visto cómo los estadounidenses respaldan cada vez más mis propuestas para luchar contra el terrorismo, y por eso me atacan, por eso atacan mi credibilidad y por eso van a por mí".

"El presidente tiene que alzar su voz y parar esto. El presidente tiene que tener el valor de hablar sobre este asunto", reclamó Kerry, que se ve en la incómoda posición de estar a la defensiva en el argumento que estaba empleando para construir su imagen de comandante en jefe.

Naturalmente, la Casa Blanca se frota las manos con esta situación y sigue afirmando que no tiene nada que ver con esta campaña y que a Bush le gustaría que se prohibiera toda la propaganda de los grupos paralelos a los partidos, los grupos 527 que recogen y gastan dinero para campañas que, en teoría, no pueden coordinar con los partidos, aunque es obvio que lo hacen.

Precisamente, el sábado, el coronel retirado Ken Cordier tuvo que dimitir de su puesto de asesor de la campaña de Bush para asuntos relacionados con los veteranos cuando se supo que ha participado en los anuncios contra Kerry. "No nos informó", dijo el cuartel general del candidato Bush.

Para recordar que se trata de "viejos trucos", el Partido Demócrata ha repartido el vídeo de las primarias republicanas del 2000, cuando grupos de veteranos como los de ahora atacaron al senador John McCain, que combatió en Vietnam y pasó más de cinco años prisionero del Vietcong. Aunque McCain respalda a Bush, ha dicho que el presidente debería desautorizar los anuncios contra Kerry "porque son una vergüenza".

George W. Bush firma autógrafos durante su visita de campaña a una fábrica.
George W. Bush firma autógrafos durante su visita de campaña a una fábrica.AP

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