Un juez chileno interroga a Pinochet en su domicilio sobre sus cuentas bancarias secretas en EE UU
El ex dictador chileno Augusto Pinochet ha sido interrogado en su domicilio de Santiago por el juez Sergio Muñoz, que investiga el origen de los fondos -entre cuatro y ocho millones de dólares (3,2 y 6,4 millones de euros)- que mantuvo en cuentas secretas del Banco Riggs en EE UU. Aunque el interrogatorio del magistrado que investiga la denuncia contra Pinochet por los delitos de fraude al fisco, malversación de fondos y cohecho, se efectuó el pasado día 6 de agosto, esta actuación sólo trascendió dos semanas después. Pinochet prestó declaración de manera voluntaria, puesto que su fuero como ex presidente le permitía eludir el interrogatorio, que se prolongó durante 40 minutos. Pinochet estuvo acompañado en todo momento por un médico y uno de sus abogados.
Además de inquirir sobre sus cuentas secretas y el origen de los fondos, el juez Muñoz le preguntó al general cómo había llegado a vincularse con el Banco Riggs, si tenía otras cuentas y quién manejaba sus finanzas. Previamente, el magistrado había interrogado en términos muy similares a la esposa de Pinochet, Lucía Hiriart, a cuyo nombre aparecen varias de las cuentas, y a los cinco hijos de ambos.
Aunque se desconoce qué contestó, el solo hecho que haya admitido someterse al interrogatorio judicial demuestra que se encuentra en condiciones de comparecer ante un juez, según sostiene uno de los abogados que han denunciado a Pinochet en causas por violaciones a los derechos humanos. Para el ex dictador, que llegó a decir que en Chile no se movía ninguna hoja sin que él lo supiera, se trata ya del segundo interrogatorio al que ha tenido que enfrentarse desde que regresó a Chile, hace cuatro años, después de su detención en Londres, en 1998. El mismo juez Muñoz quiso interrogarlo por exhorto sobre uno de los asesinatos de la dictadura, pero Pinochet no contestó. Para interrogarlo en Chile por primera vez, el juez Juan Guzmán debió sortear la rebeldía del general a someterse a un tribunal, durante el proceso por el caso de los 75 crímenes cometidos por la Caravana de la Muerte en 1973.
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