La Ciudad de la Luz prevé unos ingresos anuales equivalentes al coste de cuatro rodajes de 'Titanic'
El ex consejero García de Sola dice que su plan de negocio preveía aumentar el PIB en un punto
El plan de negocio de la Ciudad de la Luz estimaba que el complejo audiovisual y "su entorno de actividad podrían contribuir al PIB de la Comunidad Valenciana en un porcentaje cercano al 1% del PIB valenciano", según una nota remitida ayer por Aurelio García de Sola, consejero hasta el pasado martes cuando fueron cesados 11 de los 21 directivos de la sociedad pública. Este porcentaje, según el PIB de 2003, supondría unos 725 millones de euros; o lo que es lo mismo: el equivalente del coste del rodaje de Titanic, la película más cara de la historia hasta la fecha, pero multiplicado por cuatro.
Titanic, la película de James Cameron estrenada en 1997 que recrea el naufragio del histórico buque como telón de fondo de una tierna historia de amor protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, tuvo un presupuesto de 200 millones de dólares (166 millones de euros) y es, hasta la fecha, la película más cara de la historia.
Steven Spielberg prepara el rodaje de una nueva versión de La Guerra de los Mundos, el clásico de H. G. Wells, con un presupuesto de 350 millones dólares (291 millones de euros) que desbancará holgadamente a Titanic, pero no está claro que elija los estudios de la Ciudad de la Luz para su realización.
Los 1.194 cines españoles recaudaron en taquilla un total de 640 millones de euros a lo largo de 2003, de los cuales sólo 100 procedían de la exhibición de películas españolas, según datos del mercado cinematográfico recabados por el Ministerio de Cultura.
El volumen anual de ingresos que estimaba el equipo directivo saliente de la Ciudad de la Luz, "de cumplirse las condiciones en que se basa el plan de negocio y adoptarse las estrategias propuestas", en palabras de García de Sola, rondaba los 700 millones de euros.
El 1% del PIB es una cantidad que ha sido invocada en otras ocasiones. José Ramón García Antón, consejero de Infraestructuras, por ejemplo, estimó en su día que el impacto económico de la conexión ferroviaria de alta velocidad entre Madrid y las tres capitales de la Comunidad Valenciana estaría en el entorno del 1% del PIB.
García de Sola, en el escrito que difundió ayer, asegura haber empeñado todo su "rigor y profesionalidad" en la promoción del proyecto que le encomendó "el impulsor de la Ciudad de la Luz, Eduardo Zaplana" y recuerda: "Desde 1997 he desempeñado puestos de alta responsabilidad en proyectos relacionados con los medios de comunicación y he participado en la puesta en marcha de iniciativas innovadoras y con gran volumen de inversión como fue el lanzamiento de Vía Digital".
Las dudas de la oposición parlamentaria sobre la viabilidad de la Ciudad de la Luz cobran cuerpo a la vista de los ingresos anuales previstos por los ejecutivos responsables del complejo audiovisual, unas dudas que crecen ante la opacidad respecto a los posibles acuerdos o preacuerdos alcanzados hasta la fecha y que avalarían esas estimaciones económicas.
El escrito del consejero destituido el martes reitera el papel que jugó Eduardo Zaplana en la concepción del complejo audiovisual y dice haber contado con "el apoyo permanente de los máximos responsables políticos de Alicante, Joaquín Ripoll y Julio de España". Pero no menciona el sueño que compartieron en su día Luis García Berlanga y Francisco Camps, presidente de la Generalitat y entonces consejero de Cultura, quien se atribuyó el jueves la paternidad del proyecto.
Pero los debates sobre "el padre de la criatura", en palabras del portavoz de Esquerra Unida, Joan Antoni Oltra, no aclaran la "funcionalidad" de la empresa. "Aquí va a acabar necesitándose una prueba de ADN para ver quién es el padre, cuando la criatura se ha hecho mayor, tiene más dinero que respira, un futuro muy incierto y no se sabe cómo va acabar", bromeó Oltra.
En otro tono, Antoni Such, portavoz socialista, reclamó al presidente de la Generalitat que explique "los verdaderos motivos" de los cambios organizativos registrados en algunas empresas públicas, porque "son bastante sospechosos". Según Such, Camps debe aclarar a los valencianos "qué intereses económicos se esconden tras la guerra del PP".
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