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Crónica:Atenas 2004 | BALONCESTO, UNA PALIZA HISTÓRICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Batacazo olímpico de la NBA

Puerto Rico endosa al equipo de Duncan, Iverson y LeBron James una sonrojante derrota por 19 puntos

Diego Torres

La NBA se dejó otro jirón de su prestigio en Atenas. El equipo de baloncesto de Estados Unidos se ha convertido en el paradigma del talento desperdiciado, de la autoridad venida a menos. A su concluyente derrota ante Puerto Rico se pueden añadir todos los agravantes que se quiera. Estaba sobreaviso. Sabía de un montón de señales de advertencia. Hace dos años, en los Mundiales de Indianápolis, la selección NBA que entonces dirigió George Karl ya sufrió tres derrotas que dejaron en evidencia la falta de motivación y el escaso trabajo que efectuaron sus jugadores. Las deserciones que se produjeron cuando Larry Brown trató de juntar un equipo potente para defender el honor estadounidense en Atenas -O'Neal, Bryant, Garnett, Kidd, Allen o Carter, entre otros muchos- hacía presagiar que la empresa no iba a ser en absoluto fácil. Sólo faltó que el equipo se viera salpicado por una grave falta de disciplina de Iverson y compañía y que Italia le sacara los colores en un partido amistoso de preparación (95-78), para que la susceptibilidad sobrevolara sobre sus perspectivas en el torneo olímpico.

PUERTO RICO 92 - ESTADOS UNIDOS 73

Puerto Rico: Arroyo (24), Ayuso (15), Hourruitiner (9), Ortiz (8), Santiago (7). Casiano (18), Hatton (5), Apodaca, Dalmau, Ramos (2), Fajardo (4), Rivera.

Estados Unidos: Iverson (15), Marbury (2), Jefferson (8), Duncan (15), Odom (13). Wade (10), Boozer (1), Anthony, James (5), Okafor, Marion (4), Stoudemire.

Árbitros: Bultó (España) y Sutulovic (Serbia). Excluyeron a Santiago (m. 34) y Odom (m. 37).

8.000 espectadores en el Helleniko Sports.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

21-20

28-7

16-19

27-27

Nada hace recordar al primer 'dream team', el del 92, el único que hace honor a ese apelativo
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Puerto Rico, un equipo que había perdido prácticamente todos los partidos de preparación, incluidos los dos que le habían enfrentado a EE UU, le dio una lección al equipo de estrellas de la NBA. Porque eso son, pese a las ausencias, quienes se han enfundado la camiseta con la bandera de la barra y las estrellas en Atenas. Con Duncan a la cabeza, un primera espada a cuenta del cual se denominó al equipo dream Team, porque ciertamente hace tiempo que nada hace recordar al primigenio Dream Team, con mayúsculas, el que actuó en Barcelona 92, el único que hizo honor a ese apelativo.

El veterano pívot Piculín Ortiz, de 40 años, el rocoso base que compartió equipo esta temporada con Raúl López en Utah, Carlos Arroyo, y jugadores como el escolta Ayuso, o Santiago y Hourrutinier se bastaron para sacarle los colores al equipo de Brown.

El partido se rompió en el segundo cuarto. El equipo estadounidense sucumbió de una forma apabullante. Sólo consiguió anotar siete puntos y encajó 28. Una losa que no pudo levantar en el resto del tiempo que quedaba por jugar. Se consumó la primera derrota de un equipo de la NBA en los Juegos Olímpicos después de las tres ediciones en las que había sumado 24 triunfos y ningua derrota. En Barcelona, Jordan, Bird y Magic Johnson habían barrido. En Atlanta también apabullaron, aunque con peor estilo, los Olajuwon, Robinson y Karl Malone. Ya en Sidney, empezó a percibirse que las diferencias se acortaban. Carter, Mourning, Garnett y compañía rozaron el desastre ante Lituania y no transmitieron buenas sensaciones a pesar de que ganaron la medalla de oro. Ninguno de los grandes nombres a los que la NBA logró llevar a Atenas lograron evitar el batacazo. Ni de forma individual, como tendieron a hacerlo de forma reiterada, ni a través de un juego colectivo que apenas existió.

Puerto Rico, sencillamente, arrasó, con un parcial de 49-27 en la primera parte. Al frente de las maniobras punitivas de Puerto Rico se colocó Arroyo, chispeante y convencido de cada pase que daba. Arroyo movió a sus compañeros sin dudar ni un instante en su plan. A Estados Unidos pareció faltarle eso mismo: un plan. Lo libró todo a su prepotencia y terminó desesperado. No había más que ver a Iverson, Marion, LeBron James, Wade o Marbury a lo largo de la última semana. Se movían como en época de vacaciones. Ayer, muchos terminaron tapándose la cara y la cabeza debajo de una toalla, doblados sobre el banquillo.

Las incursiones desesperadas de Iverson, driblando a su sombra y chocando con la defensa portorriqueña fue la imagen más clara del fracaso de Estados Unidos. Detrás de esas fintas y ese poderío físico había un coraje malentendido, una vocación de Superman en un medio que impone la asociación. En toda la historia de los Juegos, EE UU había jugado 104 partidos y sólo había perdido dos, cuando todavía no enviaba jugadores profesionales. Ayer, con éstos, perdió el tercero. No fue una derrota emocionante, no fue la final de los Juegos de Múnich. Se trató de una secuencia de miserias. Pérdidas incomprensibles en un profesional, vértigo, desconcierto, fallos graves de cara a la canasta, un 35% de acierto en tiros de dos y un 19% en tiros de tres y el recurso pueril de librarlo todo al peso del cuerpo. Puerto Rico tuvo la pelota y el acierto para clavarla desde fuera del perímetro y bajo el poste. Estados Unidos defendió con tosquedad y fue penalizado con tiros libres que cayeron puntualmente en su contra.

"Me quito el sombrero ante Puerto Rico, están muy bien preparados y su entrenador ha estado sensacional", reconoció Larry Brown. El técnico estadounidense achacó la derrota a la "falta de intensidad" y al fallo en el juego de equipo. "Ahora tenemos que buscar la respuesta en nuestro interior, somos favoritos. Espero que seamos capaces de demostrarlo", concluyó.

Iverson cae ante Arroyo.
Iverson cae ante Arroyo.ASSOCIATED PRESS
Fajardo trata de evitar un lanzamiento de Allen Iverson.
Fajardo trata de evitar un lanzamiento de Allen Iverson.EFE

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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